Exámenes de selectividad en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense
Exámenes de selectividad en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense - José Ramón Ladra

Nueve consejos para empezar con buen pie en la universidad

Comienzan las primeras clases de grado, cuando los alumnos descubren a sus nuevos compañeros y profesores. ¿Cómo afrontar esta experiencia? Te damos nueve sencillos consejos

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Las próximas semanas comienza la universidad para millones de nuevos estudiantes. Muchos de ellos, poco acostumbrados al «caos inicial», se encontrarán con un entorno en ocasiones hostil El llamado «Plan Bolonia» ha sustituido en gran parte las viejas clases asistenciales por pequeños grupos que realizan trabajos sin fin. Repasamos los nueve consejos esenciales para empezar con buen pie en los estudios superiores, y poder realizar una gran trayectoria:

Conocer a los profesores

El historiador J. L. Gaddis realizó un agudo juicio en «El Paisaje de la Historia» afirmando que había que «conocer» a los profesores para juzgar sus obras. Este juicio bien vale para la universidad, donde la llamada libertad de cátedra sirve para que ninguna clase se suela parecerse a otra, a diferencia de la secundaria.

John B. Gould en «How to Succeed in College (While Really Trying): A Professor's Inside Advice» habla de «esos instructores que llevan una clase de manera liosa; una en la cual un profesor salta de un tema a otro, perdiendo a los estudiantes en el proceso». A estos opone aquellos que «motivan» al alumno. Su conclusión está clara: «la enseñanza pasiva no es ni por asomo tan efectiva como una clase con estudiantes responsables y motivados». En ese sentido, siguiendo estos dos viejos profesores universitarios, es fundamental que el alumno sepa cuáles son los profesores que más se ajustan a su manera de ver el mundo. Su expediente lo agradecerá.

Planificar los estudios

La pregunta fundamental: «¿cómo empezar?» . Bob Roth lo deja claro al inicio de su libro «College Success»: «todo estudiante necesita un plan que le lleve a un gran trabajo». La planificación de cara al examen o a la entrega del trabajo final en el grado resulta fundamental. Es la gran diferencia con la educación secundaria y ya no vale estudiar un día antes. Continúa Roth vehemente que «no hay alternativa a la preparación, solo tipos de preparación. Para algunos estudiantes estudiar "solo lo correcto" puede ser válido, mientras que para otros no tanto. De todos modos, "no estudiar", no suele ser la mejor opción». En ese sentido, se muestra tajante y llega aplicar tintes darwinistas como conclusión: «la preparación ayuda para asegurar la supervivencia».

Las amistades y las redes de favores

La película «Cadena de favores» exponía claramente cuáles son los beneficios para todos de la amistad, los favores y el grado de vertebración de la sociedad. Lo esencial es que la universidad, como se ha visto especialmente en los grandes centros para la elite en EE.UU. (especialmente la conocida como «Ivy League»), puede servir como un inmenso «Facebook» en la vida real. Jeff Bonett, estudiante de la Universidad de Pittsburgh, afirmó que es fácil hacer amigos durante los primeros días: «todos tienen caras asustadas: necesitan hacer amigos». Recoge el testimonio junto a muchos otros Kenneth J Paulsen en «Living the College Life: Real Students, Real Experiences, Real Advice». William D. Coplin en «25 Ways to Make College Pay Off» deja también claro cómo la amistad funciona en el sentido de una «bolsa de trabajo» improvisada. Y precisamente eres tú el «responsable» de estas amistades, finaliza Coplin, a diferencia del trabajo.

Mantener un control de las asignaturas y sus exámenes

Este punto desarrolla el anterior de la planificación, en cierto modo. Gould recuerda que en caso de sumario del profesor al final de las clases, el alumno «debe incluirlo en sus apuntes» como método de estudio. La citada guía de la Universidad de Princeton da este consejo claro: «averigua cuánto tiempo tienes entre clases y haz un plan para volver a tu habitación para cambiar libros y ver tus mensajes. Tienes que evitar hacer una planificación rápida, a última hora, porque no planificaste antes y luego olvidas el cuaderno para la próxima clase». Cada asignatura, cada horario, merece un control y debe ser desarrollado para el éxito en el examen.

Vincularse a actividades de profesores

Los profesores en la universidad no son tan cercanos como en la secundaria, y en muchas ocasiones un alumno no es más que un número. Kenneth J Paulsen cita a una alumna que afirmó que «no es como la Secundaria, donde todos los profesores te conocen y puedes persuadirlos para mejorar las cosas. Normalmente, si la pifias tienes un cero». Una manera de evitar ser un «número» es vincularse a las actividades de los profesores fuera del aula. No es tanto un método de «peloteo» como tejer relaciones que pueden ser útiles y aprender otro tipo de cosas fuera de clase, en un ambiente más distendido.

Las asociaciones

Las asociaciones funcionan como una «pequeña universidad» dentro de las propias facultades y actúan como primeras armas de muchos estudiantes ambiciosos. Paulsen, a través de testimonios de estudiantes, recuerda que «la vida en una asociación permite consolidar los valores de liderazgo y también las relacionadas con el crecimiento personal, además de construir relaciones». Un ejemplo reciente, Pablo Iglesias, hizo fortuna en la Facultad de Políticas y Sociología de Somosaguas a través de su grupo «Contrapoder». Ahora bien, Paulsen también cita como pueden llevar a la «dispersión» del alumno: he ahí el clásico ejemplo en la memoria colectiva de John Belushi en «Desmadre a la americana».

Visitar a otras facultades

En la universidades estadounidenses está relativamente aceptado que los primeros años se basen en materias troncales para varias carreras. En las europeas, con la autoridad de las propias facultades, el aislamiento es mayor. Esto obliga a que el estudiante tenga la necesidad de diversificar sus materias a través de la oferta de libre elección, visitando otras facultades y aprendiendo asignaturas alejadas de su propia carrera. Por ejemplo, una asignatura de «Psicología de la masa» puede servir para un historiador que pretenda analizar el mundo contemporáneo.

Fiesta y control

La universidad para muchos puede ser vista como una «fiesta sin fin», pero esto no es necesariamente malo. Las celebraciones, los eventos especiales, sirven para «integrar» a los alumnos en la vida universitaria y son un necesario sitio central para que gente de las especializaciones más diversas se conozcan. Incluso, llegado el momento, intimen. Jessica Linnell en su guía para novatos «Off to College: Now What? a Practical Guide to Surviving» avisa contra las melopeas en estas fiestas de manera inteligente, «como una elección personal». Pero también considera que el alumno «debe encontrar un balance correcto entre la fiesta y el estudio, teniendo que tomar el estudio cierta preeminencia».

Desconectar del campus

La vida universitaria tiene también sus límites: el hogar del estudiante o las pequeñas vacaciones. Es un método de volver al orden conocido y apreciar todo lo que ha cambiado; especialmente en el primer año del grado. El testimonio de Shanon, de la Universidad de Stanford (en VVAA, «How to Survive Your Freshman Year: Fifth Edition»), es un buen síntoma:«fui a casa por las vacaciones mi primer año, y creo que fue bueno, porque todo de primeras es muy desquiciante. Depende de tu situación doméstica, pero creo que es importante mantenerte en contacto con tus padres. Esto te recuerda que estás en la universidad para hacer algo».

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