Cristina y Victoria Iglesias brillan en el «Baile de Debutantes» de París

Como ya es tradición desde 1992 , los salones del hotel Shangri-La de París se vistieron con grandes centros de flores y cascadas de rosas la pasada noche del sábado para albergar una nueva edición del célebre «Baile de Debutantes», conocido internacionalmente como «Le Bal». Un total de 20 jóvenes de entre 16 y 22 años, pertenecientes a las familias con más renombre del mundo, acudieron a la cita que organiza Ophélie Renouard.

Este evento, al que solo se accede con una invitación personal e intransferible, está concebido para que las nuevas generaciones de la aristocracia, la realeza y los negocios se presenten en sociedad, aunque también congrega a las hijas de grandes figuras del mundo de la política, el cine, la música o el deporte. Si en ediciones anteriores el «Baile de Debutantes» ha reunido a apellidos tan sonados como Martínez de Irujo , Botín, Falcó, Figo , Kennedy, Gorbachov e incluso Berlusconi, este año no podían faltar Victoria y Cristina Iglesias, las hijas de Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger, que se dieron a conocer en la pasada edición de la gala MET de la mano de Anna Wintour . Si en ese evento, el más relevante que se organiza en el mundo de la moda, lucieron diseños idénticos de Oscar de la Renta en colores diferentes (Cristina en azul y Victoria en rosa), para su presentación en sociedad optaron por vestidos de alta costura de Elie Saab en tonalidades parecidas a las de la gala MET, confeccionados con el mismo tipo de tejido pero con patronajes distintos.

Aunque en este tradicional baile siempre se ha dado mucha importancia a las chicas -el sábado también estaban Stella , hija del actor Jean-Paul Belmondo , y María Carolina de Borbón Dos Sicilias - no hay que pasar por alto a los jóvenes que las acompañan. No ha trascendido si las hermanas Iglesias abrieron el baile, pero sí que acudieron del brazo de los condes argentinos Iván y Nicolás de Poligny , dos distinguidos calaviers que pertenecen a una de las familias aristocráticas con más relumbrón de Francia.

Las jóvenes vivieron la noche como auténticas princesas, que es una de las condiciones indiscutibles del «Baile de Debutantes». Allí se pudo ver a su madre, que pasó la velada muy pendiente de ellas.