Begoña Fernández y Jesús Hermida
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Begoña Fernández, la única y verdadera «chica Hermida»

Esta historia comienza en 1986, en la antigua Antena 3 Radio. Allí se conocieron Jesús y su segunda mujer

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Calle Oquendo de Madrid. Verano de 1986. Gobierna Felipe González y una cadena de radio se abre paso en una democracia púber pero con voces y biografías más que consolidadas. Es Antena 3 Radio, cuyo programa estrella, «La Hora Cero», tiene como director a un locutor muy serio, llegado de la corresponsalía en Estados Unidos, exigente pero francamente divertido: Jesús Hermida. Su informativo es la antesala de otro momento glorioso en las ondas de entonces: « Supergarcía en la Hora Cero». Jesús Hermida y José María García, mano a mano. Unos cuantos becarios acabamos de ser desperdigados por distintos programas. A mí me toca el informativo de las tres de la tarde, de Julián Nieto.

A otros, como a Manuel Marlasca, el de la mañana de Antonio Herrero; a los más futboleros, los Deportes de García… Y a un par de compañeros, los acoge Hermida, el señor que había contado la llegada del hombre a la Luna, que está allí como si fuera un aprendiz, ideando cómo ganarle terreno a la rutina radiofónica. Empieza con un formato de una hora y termina, ante el éxito de la fórmula, doblando la apuesta.

Dentro de su equipo no faltan mujeres de campanillas, como Nieves Herrero, que suda tinta china para estar a la altura del insaciable jefe; ni colaboradores, como Federico Jiménez Losantos o Vicente Zabala. Pero entre todos ellos hay una joven morena y discreta, con pinta de ser más mayor de lo que aparenta, que trabaja en la trastienda del programa. Es Begoña Fernández. Al correr de los años, la segunda señora de Hermida. La misma que, ante el tanatorio que albergaba los restos de su marido, daba hace unos días las gracias a sus antiguos compañeros por el respeto y cariño al comunicador fallecido.

De prácticas

De nuevo es el verano de hace 29 años. A Jesús le quedan pocos meses para marcharse a la televisión pública. Pero, antes, da la batalla por situar a su informativo nocturno en una cadena joven en la élite de los programas de autor. El jefe de la emisora, Manuel Martín Ferrand, pasea habitualmente por la Redacción para hablar con José Cavero, responsable de informativos. Hermida bromea a menudo con el director. « No te preocupes, Manolo, esto marcha», repite detrás de una sonrisa. Begoña es tan joven como los becarios que acabamos de llegar.

Pero su ropa, su peinado y hasta su madurez profesional la distancian de los novatos que pululamos torpemente entre tantas estrellas del firmamento radiofónico. Choca que una veinteañera vista de colores oscuros, enfatice tanto su peinado, se suba a imponentes tacones y se adorne con un maquillaje laborioso. Choca sobre todo por el descuidado aliño indumentario que los demás gastamos ese verano de huelgas en Madrid.

Estudia, como casi todos nosotros, en la Facultad de Ciencias de la Información por la mañana, mientras que por la tarde prepara el programa de su, por entonces, jefe. Entre ellos surge una química especial, hasta el punto de que la periodista maneja todos los hilos: desde la producción a la redacción. También la agenda de Jesús. Hay quien la confunde con su secretaria. A Begoña no le importa. Recuerdo que incluso bromea cuando los menos iniciados le atribuimos el papel de secretaria en la Redacción. Siempre hay una voz veterana, nunca la suya, que nos corrige: «Begoña no es secretaria, es periodista».

A Jesús y Begoña los separan más de veinte años, pero nada impide que el tándem que forman se consolide al compás del éxito de su mejor hijo, el programa nocturno de Antena 3. La joven descuida su carrera en las aulas, como muchos de los que comenzamos a trabajar por entonces, para entregarse a la emocionante profesión de periodista. Junto a Hermida, su hoy viuda aprende también a dirigir equipos, coordinar contenidos y valorar las noticias. La juventud que le falta al que fuera corresponsal se la aporta Begoña. Ella le hace entender por qué una pieza no sale cómo él ha pedido o las razones del retraso de una locución. Jesús sabe siempre lo que quiere cuando se lo reclama a los reporteros: pide claridad, los datos fundamentales, pero, insiste, sin descuidar las formas. El envoltorio es, para el director de «La Hora Cero», tan importante como el contenido. Lo había aprendido en Washington y Nueva York: no solo hay que decir, sino decirlo bien. Es su máxima.

Camino de TVE

Cuando el periodista se marcha de Antena 3 Radio, víctima de la ley de incompatibilidades (haciéndole un agujero importante de audiencia), Begoña le acompaña a la televisión pública, donde sería pionero de los magacines de mañana. Es el 6 de abril de 1987 y el periodista onubense se lleva también a su aventura matinal a Nieves Herrero, primera «chica Hermida», larga nómina que hoy engrosan conocidas profesionales como María Teresa Campos, Irma Soriano, Consuelo Berlanga, Mariló Montero o Miriam Díaz Aroca. En alguno de los castings que se hacen para el espacio, la última palabra la tiene Begoña.

Es entonces cuando el presentador se divorcia de Nieves, su primera mujer, con la que tiene tres hijos, Victoria, Jesús y Jaime. Y la nueva pareja de periodistas prepara su boda, que se celebrará en el verano de 1999. La casa del matrimonio, en San Agustín de Guadalix, es desde entonces parada de amigos de la profesión. Hasta que un mal día de la primavera de 2015, un derrame cerebral se lleva a Jesús lejos de aquella becaria de la inolvidable Antena 3 Radio.

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