El diseñador habla con el móvil después del incidente
El diseñador habla con el móvil después del incidente - JmFG

David Delfín, ese enemigo público de los bolardos

El diseñador ha sufrido un incidente con uno de estos pequeños postes mientras conducía en una céntrica calle madrileña

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Reinaba la calma a la altura de la madrileña calle Augusto Figueroa cuando el diseñador David Delfín asesinó un bolardo. Ha ocurrido este jueves, alrededor de las 14:15 horas, a la salida del parking que hay en el número 32-34 de la citada vía. En ese instante, un Audi Q7 salía del lugar. Un ruido ensordecedor y un «madre mía qué viaje le ha pegao» de un transeúnte, anunciaban el incidente.

Mientras todos los allí presentes se habían dado cuenta de que se había llevado algo por delante, el coche huía con la calma con la que Harry Potter se desplazaba por los oscuros pasillos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería con su capa de invisibilidad. Sin embargo, la sorpresa de todos llegó cuando el que regresaba andando y con ligera prisa al accidentado lugar era el reconocido diseñador David Delfín.

Minutos antes se le había visto en esa calle junto a la actriz Bibiana Fernández, buena amiga del modisto, que si iba en el coche no bajó para hacer cuenta de los desperfectos.

Una pieza de la carrocería del coche había quedado en el suelo mientras el bolardo, paradoja cadavérica de una pieza de por sí inerte, era apartado por un joven, que lo colocaba al borde de la acera. Delfín actuó como los rostros populares que se ven envueltos en un lío doméstico con público circunstancial: con prisa y sin querer detenerse mucho para rescatar las obligaciones de un culpable. Tanto era así, que otra persona con la pieza de su utilitario en la mano le dijo: «Esto creo que es tuyo».

Minutos después, el diseñador reapareció en la escena del crimen, teléfono móvil en mano, hasta que una joven a quien saludó con dos besos le rescató camino a la calle Barquillo. El barrio de Chueca siguió entonces con su rutina de jueves y, eso sí, con un bolardo menos a quien quizá nadie eche de menos.

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