Hoy en día, muchas personas utilizan primero el género femenino, «todas y todos», como forma de reivindicación o como gesto de modernidad. Sin embargo, en la localidad navarra de Javier el femenino se impone sobre el masculino de toda la vida. No en vano, la población femenina duplica a la masculina. Es el pueblo español mayor de 100 habitantes que mayor porcentaje de población femenina tiene, un 65,5% de sus 107 habitantes. Si se mide respecto a la totalidad de los municipios de España, es decir, también con los que tienen menos de un centenar de vecinos, se trata de la quinta localidad. A la cabeza de esta lista se encuentra Monasterio, en Guadalajara, donde 9 de sus 13 habitantes son mujeres.
En el caso de Javier, tiene su explicación. Si nos acercamos a esta pequeña localidad de la navarra Merindad de Sangüesa llama la atención que en el grupito de casas puedan vivir más de cien personas. Serán casas muy habitadas. Pero no. Una de las peculiaridades de Javier es que, a pesar de sus pequeñas dimensiones, cuenta con tres congregaciones religiosas, los Jesuitas, las Misioneras de Cristo Jesús y las Misioneras Identes. Las dos congregaciones de misioneras eleva notablemente el número de mujeres en la localidad.
Y la presencia de tanto religioso en esta localidad también tiene su explicación. En esta pequeña localidad nació San Francisco de Javier, patrón de Navarra, de las Misiones y misionero universal que junto a San Ignacio de Loyola y cinco jóvenes más fundó los Jesuitas a comienzos del siglo XVI.
Esta razón se hace mucho más evidente si tenemos en cuenta que tan sólo el 5,6% de la población tiene menos 16 años. Es decir, en el pueblo sólo viven 4 niñas y 2 niños. La escasa presencia de menores no impide que la localidad cuente con un parque infantil e, incluso, una pista de baloncesto, que, eso sí, prácticamente se utilizan sólo los fines de semana y en verano porque los chavales estudian en Sangüesa, que está a 8 kilómetros.
El peso de las congregaciones misioneras se observa también entre los vecinos que tienen más de 65 años. Los Jesuitas y las Misioneras de Cristo Jesús tienen en Javier sus residencias para los sacedotes y hermanas de más edad. Y esto hace que más de la mitad de la población, el 52,3%, supere la barrera de la jubilación. No hay que olvidar que dos de las tres congregaciones son de monjas. Y 43 de las 56 personas mayores de 65 años son mujeres, un 76,8%.
Si descendemos al tramo de edad situado entre los 16 y 65 años, la diferencia entre mujeres y hombres se equilibra, aunque siguen ganando ellas. Son 22 hombres por 23 mujeres.
Pero sí resulta preocupante el envejecimiento de la población. En los últimos 20 años, Javier ha perdido el 65% de su población infantil. De 17 niños que vivían en la localidad en 1998 ha pasado a 6. También ha perdido población de entre 16 y 65 años, un 30,8%, al pasar de 65 (28 hombres y 37 mujeres) a los 45 actuales. Sin embargo, apenas ha variado la población de los mayores, de 56 a 55, aunque se han incrementado las mujeres, de 31 a 43 por la llegada de las Misioneras Idolentes, y han descendido los hombres, de 24 a 13.
Esto no impide que, a pesar de sus dimensiones y de la mayoría de personas mayores, Javier sea un pueblo con una actividad y animación superior a lo que se podía esperar de una localidad de 107 habitantes. El castillo de Javier, donde nació San Francisco de Javier, es el punto de peregrinación más importante de Navarra y uno de los principales del norte de España, si no contamos, por supuesto, con Santiago de Compostela. Son muchos los visitantes que se acercan hasta la campa del castillo para visitar el lugar donde nació uno de los fundadores de los Jesuitas y el misionero que extendió el cristianismo por buena parte de Asia. Además, el colegio que tiene la Compañía de Jesús junto al castillo es centro de reunión para jornadas de convivencias estudiantiles, retiros espirituales e infinidad de actividades.
La actividad en Javier vive su punto culminante en la primera quincena de marzo cuando se celebran las llamadas « Javieradas», dos peregrinaciones en las que miles de personas se acercan andando hasta el castillo de todos los pueblos de Navarra para honrar a su patrón.
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