Libertad para el presunto pederasta en serie de Valdeavero
Cristóbal L. C., conocido como el 'Toba' y frutero del pueblo, está acusado de abusar de al menos diez niños
Cristóbal L. C., de 48 años, ya está en la calle. El que fuera frutero de Valdeavero, más conocido como el 'Toba', está acusado de haber abusado sexualmente de al menos diez niños del pueblo, de entre 3 y 14 años en el momento en que ocurrieron los hechos. Los amenazaba con que sus «amigos les matarían» si le delataban.
Presuntamente, tocaba a los chavales, que eran amigos de sus hijos, en sus genitales, casi siempre en la frutería, en pleno centro de la localidad. Siempre bajo amenazas o a cambio de regalos del local, como golosinas. Él asegura que todo es una conspiración de los menores , aunque existen hasta 16 denuncias en su contra, varias de ellas representadas por el veterano abogado Juan Manuel Medina.
La frutería del imputado era uno de los pocos puntos de reunión en Valdeavero, una especie de colmado donde los padres de las supuestas víctimas acudían a tomarse un vino o una cerveza. «Se ganó la confianza de padres y chicos. Aprovechaba para llevárselos dentro y realizarles tocamientos» , explican fuentes consultadas.
En julio de 2020, llegó al cuartelillo de la Guardia Civil la primera denuncia. Uno de los amigos del hijo del Toba se negó a jugar con él porque, aseguraba, «le había tocado». Se sumaron más testimonios similares, y hasta se sospecha que llevaba como mínimo dos años actuando así. Antes residió en Alcalá de Henares.
Amigos del hijo
El puesto de Meco incoó las diligencias el 26 de agosto de 2020 y fue detenido cuatro meses después por la Unidad Central Operativa (UCO). Su ‘modus operandi’, a tenor de las actuaciones que siguen llevándose a cabo, era recurrente. Según se desprende de los testimonios, el Toba dejaba a los niños jugar en la parte trasera del local, donde hay una piscina. Supuestamente, en numerosas ocasiones, se les acercaba a tocarles los genitales. Algunos eran amigos del hijo del acusado y se quedaban a dormir en su casa.
A uno le pidió que le acompañara a su habitación «porque estaban haciendo mucho ruido». Allí, al oponer resistencia, llegó a morderle . En una ocasión anterior, le bajó los pantalones y le dejó desnudo delante de los otros críos. Probablemente, a esta víctima es a la que más veces vejó.
Órdenes de alejamiento y destierro
La titular del juzgado número 5 de Alcalá de Henares, que lleva el caso de diez de las supuestas víctimas, ha decretado su puesta en libertad condicional: órdenes de alejamiento de al menos 500 metros de los chavales y prohibición de residir en este pequeño municipio, de 1.500 habitantes.
En uno de los casos, además, se le prohíbe comunicarse con su denunciante a través de cualquier medio, ya sea telefónico o telemático, y de establecer contacto escrito, verbal o visual por sí mismo o a través de terceras personas.
También deberá personarse cada lunes ante el juzgado y comunicar si cambia de domicilio. Como es lógico, tampoco puede salir de España.
Sin salir del pueblo
El pasado 17 de diciembre, como informó ABC, la juez envió a prisión, comunicada y sin fianza, al 'Toba', tras ser detenido por la Guardia Civil . Ahora, la togada considera que se ha producido una modificación en las circunstancias de entonces: la instrucción del caso está casi concluida (solo faltan algunas pruebas periciales); considera prácticamente inexistente el riesgo de que el frutero pueda atentar contra los bienes jurídicos de los niños; y cree que con las órdenes de alejamiento basta para mantenerlos protegidos.
Tampoco aprecia riesgo de fuga, ya que tiene arraigo familiar (tiene dos hijos de edades similares a sus víctimas ), vivirá con sus padres y carece de medios económicos y trabajo que le pudieran ayudar a escapar del país.
En su estancia en prisión, el 'Toba' recibió alguna paliza a manos de otros presos, concretamente al poco de llegar, en Navidad.
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