La izquierda demanda ceses y el PP recuerda que en 2006 no hubo

PSOE y En Marea avanzan su presencia en la comisión de estudio sobre incendios

Luís Villares durante la sesión plenaria EFE

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ

La hemeroteca los estaba esperando. Y tropezaron con ella. La oposición en el Parlamento convirtió su relato de lo sucedido el domingo 15 de octubre en una narración catastrófica según la cual la gestión de los incendios fue un desastre, faltaron recursos, Feijóo se escondió y los medios públicos intentaron ocultar que Galicia ardía. «Un gobierno incapaz y mentiroso», afirmó la nacionalista Ana Pontón; «hubo una reacción tardía y luego impotencia», añadió el socialista Xaquín Fernández Leiceaga. A ambos los estaba esperando el popular Pedro Puy, quien les recordó que en 2006, el año del «agosto negro» y en el que ambos eran ya diputados en la Cámara, no dimitió nadie del bipartito por las 92.000 hectáreas calcinadas en once días.

«La responsabilidad de lo que pasó es de su gobierno», insistió Leiceaga, «le solicito el cese de los responsables directos», en referencia a la conselleira Ánxeles Vázquez y el director xeral de Montes, Tomás Fernández Couto, postura secundada por Pontón que, para la ocasión, leyó lo que Feijóo exigió al bipartito en 2006 desde la tribuna del Parlamento, el cese que no se produjo del entonces conselleiro Alfredo Suárez Canal.

«Este gobierno no tiene porqué pedir ceses de personas que funcionaron bien», replicó Puy, «porque no hubo ninguna decisión política que afectara al dispositivo de extinción», como a su juicio sí sucedió en 2006 con ceses en la cúpula del dispositivo antiincendios o anulando el acuerdo de vigilancia con el Ejército, refiriéndose además al «silencio informativo» de los medios públicos durante la primera semana de incendios, que contrapuso a la cobertura del pasado octubre.

Políticas pirómanas

Antes de llegar al cruce de reproches, el análisis de PSOE y BNG había sido cáustico. Pontón censuró a Feijóo su «autocomplacencia y sin autocrítica ante un balance desolador» que comparó con el «Prestige». «Vimos miedo en los ojos de los gallegos hartos de que arda el monte y de las mentiras oficiales», e imputó parte de la responsabilidad de los fuegos «a las políticas pirómanas del PP».

«Su gran fracaso es que no estaban todos los medios operativos», aseveró Fernández Leiceaga, «el terrorismo incendiario es una cortina de humo para no afrontar la realidad», que en su opinión se resume en el «fracaso» de las políticas vinculadas a la gestión del monte y el rural gallego. «El resultado de esta tragedia debe ser una estrategia contra los incendios que revise las políticas a aplicar en el monte», aunque demandó «depurar responsabilidades» para «ser creíble en su voluntad reformista», exigió al presidente de la Xunta. Asimismo, alertó de que «el cambio climático está aquí para quedarse», y las condiciones meteorológicas que propiciaron la ola de fuegos pueden repetirse.

Dos versiones de Villares

El portavoz de En Marea desconcertó con dos versiones de sí mismo contrapuestas. En la primera, encendido, fue encadenando eslabones de una intervención propia de un mitin: «en la larga noche del fuego, se hundió la Xunta y emergió la gente»; «los fuegos quemaron la fachada de cartón piedra de buen gestor que usted tenía»; «para salvar su imagen puso en peligro a mucha gente, esto no es incompetencia, es malicia»; «mientras la gente pensaba cómo salvar sus casas, Núñez (sic) pensaba cómo salvar su cara»... Así, una docena más.

Pero sorprendentemente, el Luís Villares que retomó la palabra en su segundo turno sofocó su incendio personal y anunció que «muchas de las medidas» planteadas en el pleno por Feijóo «son asumibles y otras ya están legisladas», avanzando además su «participación activa» en la comisión sobre la cuestión propuesta por el presidente. «Estaremos a su lado», garantizó el líder de la oposición tras reconocer que «hay un problema estructural que es el modelo de gestión del territorio». Leiceaga también adelantó la participación de los socialistas en la comisión. El BNG no fijó posición aunque tampoco se espera que se desmarque .

Para Puy, la respuesta de Feijóo en el Parlamento exhibió «una nueva forma de reaccionar políticamente a la ola de incendios», lo que «descolocó» a la oposición. «Tenemos una oportunidad de llegar a acuerdos de país, porque hay un problema de orden público pero también de ordenación forestal, y o alcanzamos acuerdos de largo recorrido, o corremos el riesgo de que la historia vuelva a repetirse», zanjó.

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