Ferroatlántica amenaza con despidos si no logra vender las hidroeléctricas

Más presión. Ferroatlántica plantea el cierre de su fábrica de silicio solar en Sabón (Arteixo) y la puesta en marcha de varios Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en todo el grupo Ferroglobe si no consigue deshacerse de las centrales que posee en la Costa da Morte. Una vuelta de tuerca más a la ya de por sí agitada relación que vincula a la dirección de la compañía y a los representantes sindicales de las plantas de Cee-Dumbría. Sobre todo, después de que la multinacional comunicara su decisión de traspasar las hidroeléctricas de la comarca, a cambio de un plan de inversiones de 200 millones de euros.

Según ha podido conocer ABC de portavoces de la empresa, la difícil situación económica del grupo Ferroglobe le ha llevado a poner las cartas encima de la mesa.

En los últimos dos años, las pérdidas rondan los 200 millones de euros. Solo una inyección extra de liquidez y los proyectos de futuro contemplados en el plan, aseguran, puede mantener a flote el negocio.

En el escenario opuesto, la empresa perfila un panorama mucho menos halagüeño. Si la Xunta decide no alterar la concesión vigente —la que une la explotación energética de los ríos Xallas y Grande con la producción de ferroaleaciones—, una de las «primeras medidas» de la dirección será echar el cierre a su sede de Arteixo, donde trabajan unos treinta empleados en la actualidad. Le seguiría la aplicación de ERE en otros centros de producción del grupo, no necesariamente en Galicia. «Ya se ha parado la fábrica de Venezuela y otras, como la de Estados Unidos», alertan.

«Es un chantaje inadmisible», denuncia Afonso Mouzo, sindicalista de la CIG y portavoz del comité de empresa de Cee-Dumbría. El apoyo del 73% de la plantilla de Ferroglobe en España al desembolso de inversiones tampoco les va a hacer cambiar de parecer: veinte de los veintisiete delegados sindicales gallegos votaron en contra. «Nosotros no consideramos legal ese marco de negociación. Las centrales son propiedad del Gobierno galllego y no pueden decidir en Madrid por nosotros. Es un plan de desmantelamiento», aseguran.

A corto y medio plazo, el calendario de lucha sindical está en reposo. «Confiamos en la palabra de Feijóo —añade Mouzo—, dijo que iba a estar con nosotros». Aguardan que el conselleiro de Economía, Francisco Conde, les convoque de nuevo a una reunión para ratificar el apoyo del Gobierno gallego.

«Días o semanas»

Mientras tanto, la Xunta se mantiene al margen, a la espera de que Ferroatlántica presente una solicitud formal para modificar la concesión. Ese movimiento llegará, según la empresa, «en cuestión de semanas o días». Es el paso clave para desbloquear toda la operación. Y también, para levantar el suspense que desde hace meses actuado de leitmotiv en reuniones, movilizaciones y declaraciones más o menos explícitas de apoyo hacia los trabajadores y vecinos de la comarca.