Guillem Bertomeu - LLETRAFERIT

Moción de censura

«A Compromís el poder le está convirtiendo en una fuerza arrogante»

Guillem Bertomeu
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Esta semana pasada tuvimos el placer, o no, de ver un «reality» político en el Congreso de los Diputados. Esa política televisada, al estilo “Homo Videns”, la sociedad teledirigida de Sartori, que tan bien maneja Pablo Iglesias y los suyos, hasta con artículos en prensa sobre los colores que habían escogido al vestir para tal ocasión.

De la jornada de la moción me quedo con dos sensaciones. Una me la trasladó uno de los “gurús” de la consultoría política nacional, donde venía a explicar que la moción, aunque se la dirigían a Rajoy, su objetivo era, y lo sigue siendo hasta que acabe la legislatura, situar a Podemos como principal partido de la oposición y evidenciar la invisibilidad del PSOE en el Congreso, con un Pedro Sánchez líder, pero sin acta de diputado.

La otra evidencia que saco es que el partido de gobierno en Valencia ciudad y en coalición en el gobierno autonómico se puso de lado de Podemos, Esquerra Republicana y EH Bildu en tal moción. Esa es la forma de hacer política de Compromís, incapaz de sentarse a negociar unos presupuestos que fueran más proclives para la Comunitat Valenciana, pero siempre subiéndose al carro de la ortodoxia y del sectarismo ideológico.

Compromís, mejor dicho el Bloc, hace tiempo que abandonó las ideas de su congreso fundacional del año 2000, más cercanos a Convergencia y al PNV, nacionalistas centristas, con un fuerte fuerte respaldo del empresariado detrás, incluso con fuertes raíces cristianas y de clases medias, que provenían de la Unió Democràtica, y se han escorado hacia la política “agit prop”, la del titular facilón, la de la “bulla” y la de la acción de lo intrascendente como puede ser la última propuesta sobre la regularización del cannabis en las Cortes Valencianas.

A Compromís el poder le está convirtiendo en una fuerza arrogante. Donde primero aprueban políticas y después la consultan, tanto con sus socios, como con la propia ciudadanía. Ocurrió con la decisión de probar aparcar en el carril bus por las noches, también con la encuesta fallero política de Fuset, la ausencia del alcalde Ribó en la mayoría de los eventos de la ciudad, no estuvo en el ascenso del Levante, ni tampoco en la final del Valencia Basket donde se proclamó campeón de liga, ni tampoco participan de la mayoría de las festividades de la ciudad.

Tal arrogancia incluso se llega a convertir en mala educación, donde el protagonista sin duda es Rafa Xambó, consejero de la antigua y nueva RTVV, donde sobretodo en redes sociales tiene una fijación escatológica a todo lo que no piensa como él, ya sea el PP, Las Provincias, supongo que también este diario……en fin, la arrogancia y el poder de las nuevas izquierdas.

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