David Maroto - El Matador

Jorge Mendes y la maldición del Rey Midas en el Valencia Club de Fútbol

«Desde Singapur deslumbra la brillantez de la dentadura del sonriente superagente, devuelto a su trono y ávido de colocar nuevamente a algunos de sus representados en el fútbol español»

Imagen de archivo del agente de futbolistas Jorge Mendes REUTERS

«Nuno no puede botar un córner y rematarlo a la vez». Así se lo manifestó Mario Alberto Kempes hace casi siete años a un humilde servidor. Unas peligrosas declaraciones huracanadas del que por aquel entonces era embajador del Valencia Club de Fútbol , acostumbrado a los 'quilombos' y al mate de las verdades que duelen, que terminaron por darle la razón pocos meses después.

Desde entonces, las idas y venidas en la dirección deportiva 'che' han sido constantes y sumamente agotadoras: Erasmus y prácticas para ingleses recién titulados -Gary Neville-; mentiras deliberadas a un canoso y experimentado seleccionador 'azzurro' -Cesare Prandelli- o proyectos nacionales que, al señor máximo propietario, tampoco le apasionaban -Marcelino, Javi Gracia y Bordalás-. Todos ellos, maniatados desde el otro lado del Telón de Acero, a merced de su impredecible voluntad.

Peter Lim , con nocturnidad y alevosía, desde su lujosa atalaya en la que vive incomunicado y al margen de la realidad que atormenta a la sociedad valenciana, -incluidos políticos aparentemente preocupados y que, en realidad, huelen la sangre a menos de un año de los comicios municipales y autonómicos-, no ha dejado de pensar en su amor platónico, en la persona que, a qué mala hora, le descubrió el mundo del fútbol.

Tras desligar la repudiada y poco presentable figura de Anil Murthy de la presidencia del club, el magnate singapurense, ante la evidente depresión económica y deportiva en la que vive sumida la entidad, vuelve a recurrir a él, al Rey Midas, al superagente, al electrizante y peligroso ejecutivo Jorge Mendes .

El portugués, amigo personal de Lim -o eso piensa- desde hace décadas, le ha puesto sobre la mesa el nombre de un entrenador de su cuerda y cartera de clientes, a los que les hace creer que pueden botar y rematar el córner. Gennaro Gattuso , pegamento, como decía el mítico Andrés Montes en sus retransmisiones, para un equipo roto en mil pedazos.

Una negociación secreta de meses al margen de Anil -seguro que lo cascaría en alguna sobremesa con empresarios- y, sobre todo, a espaldas del todavía entrenador José Bordalás . El técnico alicantino espera el SMS de Singapur que, como reza el dicho, le 'haga perder un trabajo y ganar una vida'. Se podría decir que sabía donde se metía después de lo ocurrido con Marcelino y Gracia, condicionados por las ventas obligadas de los principales estiletes y el desierto sin oasis de las llegadas, pero, qué demonios, entrenar al Valencia es una oportunidad laboral al alcance de muy pocos profesionales, por mucho que le pese a Meriton.

Ahora, el invierno se acerca . Quien identifique esta frase conoce de Game of Thrones a su personaje 'Meñique', una suerte de consejero de reyes que permanecía impávido en la sombra mientras colocaba y desterraba a monarcas e incrementaba su influencia en la corona. En el multiverso futbolístico, encarnado por Jorge Mendes, dicho comerciante acaba de retomar un sospechoso interés en el puerto mediterráneo.

En su imperial gaelón, por el momento tan solo le acompaña una leyenda como Gattuso que, en otras circunstancias, estoy completamente seguro que ilusionaría -y mucho- a la afición. Pero llega en medio de una tesitura insalvable y no reconducible para la imagen y la gestión de Peter Lim en la capital del Turia. El valencianismo habló en el último partido de liga fuera de Mestalla y evidenció que el único camino a seguir pasa por la venta de sus acciones .

Mientras tanto, desde Singapur deslumbra la brillantez de la dentadura de un sonriente Rey Midas, devuelto a su trono y ávido de colocar nuevamente a algunos de sus representados en el fútbol español. En su juego de círculos, habrá que esperar para conocer si al Valencia le tocan las migajas, los veinteañeros de Río Ave y Vitória de Setúbal, o bien si él y Lim han decidido invertir en cotas mayores.

No obstante, la realidad marca un horizonte más bien encapotado y nada halagüeño, pues Gattuso, Mendes, Lim y tal vez un nuevo director deportivo, tendrán que lidiar con la inevitable marcha de Gonçalo Guede s -que el luso quiere llevar a la Roma de su representado Mourinho- y a los posibles traspasos de dos buques insignias como José Luis Gayà y Carlos Soler .

Con la 'Bordaleta' en el desguace y la 'Gattuseta' recién sacada del concesionario, el Valencia se enfrenta al enésimo volantazo y cambio de rumbo sin timón ni timonel, como diría mi amado maestro Joaquín. Sin embargo, aquí seguimos, 'patint', porque «amores que matan nunca mueren» .

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