Jon Viar: «Cuando rompes con el nacionalismo, rompes con la familia, rompes con las amistades»

El cineasta vasco pasó por Barcelona para charlar sobre su película documental 'Traidores', una cinta contra ETA y el nacionalismo, exhibida en el ciclo de cine de la Asociación por la Tolerancia, y concedió una entrevista a ABC

Jon Viar, director de 'Traidores', el pasado sábado durante la charla en el ciclo de cine de la Asociación por la Tolerancia GREGORIO RELLO

Daniel Tercero

Jon Viar (1985) nació cinco días antes de que ETA llevase a cabo un doble atentado en las guipuzcoanas San Sebastián y Pasajes que acabaron con la vida de dos militares y un agente de la Guardia Civil. Aquel año, ETA asesinó a 38 personas. Para denunciar el intento de olvidar lo que fue la banda terrorista a lo largo de su historia y la ideología que la movió, es decir, el nacionalismo vasco, Viar estrenó en octubre de 2020 'Traidores', una película documental que narra la historia de su padre, Iñaki Viar, quien perteneció a ETA en sus orígenes y, posteriormente, abandonó el nacionalismo.

Hace unos días, en Barcelona, Jon Viar, junto a Jon Juaristi, ambos invitados por la Asociación por la Tolerancia, comentaron el documental tras su exhibición durante el XX Ciclo de Cine para la tolerancia y contra el terrorismo. El cineasta, autor de varios cortos y con un par de obras de teatro escritas aún por publicar, tardó cinco años en rodar la cinta y utilizó grabaciones caseras filmadas desde 1998. La película es un alegato contra el nacionalismo y de ahí que ETB haya rechazado su emisión. TVE lo hizo y mantuvo la cinta varias semanas en la web de RTVE. Este documental debería pasarse por los institutos de toda España porque explica cómo alguien puede salir del horror.

¿Por qué un documental como 'Traidores'?

No es una película fácil. A nivel de guion la estructura quería responder a tres preguntas. La primera: ¿por qué os metisteis en ETA? La segunda: tras el proceso de Burgos, ¿por qué os fuisteis de ETA? Y la tercera: tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, ¿por qué os enfrentasteis a ETA? Pero sobre todo el documental va de cómo salir del nacionalismo.

Y lo hace desde la primera persona.

A mi pesar, soy un testigo privilegiado de la intrahistoria del País Vasco. Y ahora hay un intento de que se olvide todo lo que hizo ETA y de blanquear a Bildu, que llevan a cabo una política racista, filoterrorista y populista. Y lo más repugnante y vergonzante como vasco es que esta formación es la segunda en el Parlamento del País Vasco. El documental es una manera de contribuir a la memoria democrática de este país.

¿Qué le dijo su padre cuando vio el resultado del documental?

La primera vez le pareció muy dura. Luego, la ha vuelto a ver, y le ha gustado más. Pero hay que dejar claro que la narrativa fílmica no es habitual, es diferente. Contando la historia de mi familia cuento la historia del nacionalismo vasco y de ETA.

Tras la película, ¿usted o su familia han recibido amenazas?

Solo silencio. Salvo el senador de Bildu Jon Iñarritu que se dedicó a insultar a mi padre. Lo llamativo es el silencio del mundo 'abertzale'. Les interesa que no se hable del tema. Sé que no me lo van a perdonar.

El temor social es hablar del nacionalismo, como en Cataluña…

Sí. Pero creo que Cataluña está peor que el País Vasco. El nacionalismo en el País Vasco tiene un fundamento socioeconómico de base muy claro y el independentismo es minoritario, muy minoritario, menos del 20 por ciento. Lo que no se puede es criticar al nacionalismo. Sin embargo, soy más pesimista con el tema de Cataluña. De todas formas, el trasfondo de la cuestión es que el Estado no está presente en estas comunidades.

Eso es responsabilidad del PP y el PSOE.

En gran medida, sí.

Sin dejar el nacionalismo, defina el documental en una palabra.

Familia. El tema de la película es la familia y el nacionalismo como metáfora de la familia. Cuando rompes con el nacionalismo, rompes con la familia, rompes con las amistades. Lo explican, no solo mi padre, también Mikel Azurmendi o Jon Juaristi. Es la ruptura de una carga afectiva y la vida cambia por completo. Es una película contra el nacionalismo, por eso es tan incómoda.

Estará de acuerdo conmigo en que esta ruptura no es habitual.

Puede ser, pero en la generación de mi padre sí es habitual.

¿Qué pinta la izquierda coqueteando y pactando con el nacionalismo?

No tengo nada que decir de lo que hagan los partidos democráticos. Lo que sí quiero aportar es la crítica que hacemos muchas personas que somos de izquierdas o venimos de este ámbito y que no estamos de acuerdo con el blanqueamiento que se produce de Bildu y con la normalización del independentismo. Hay militantes del PSE y del PSC que opinan lo mismo. Debería ser la izquierda, y aquí incluyo a los sindicatos, la que debería liderar la denuncia al nacionalismo. Y sin embargo lo ha blanqueado disfrazándolo de progresista. Lo triste es que desde la izquierda no se defienda la igualdad de los ciudadanos.

Y luego está Vox...

Es una catástrofe. Se alimentan los dos polos. Vox y el PNV son muy parecidos, identitarios ambos. El nacionalismo, sea español o vasco, es egoísta. Es preocupante. La oposición al nacionalismo siempre ha sido cívica y democrática.

...A los que tampoco les habrá gustado el documental…

Sí, es curioso. Hay gente de la izquierda incómoda con la película porque llevan muchos años legitimando a Bildu y al nacionalismo. Y a otros, que podríamos situar cercanos a Vox, que tampoco les ha gustado porque defiendo que ETA es una organización de extrema derecha. Pero la gran mayoría con los que he tenido contacto, sobre la película, incluso que han votado a Podemos o Vox, les ha gustado el documental. La película va más allá y se dirige a lo humano y la carga afectiva que hay en un discurso político e ideológico. Y cuya ruptura supone un cambio vital. Sobre todo, porque uno deja la tribu.

La tribu. La religión. La guerra.

Si ETA dejó las armas fue por motivos estratégicos y no éticos. De ahí que los demócratas tenemos una enorme responsabilidad porque debemos decirles que no solo nos oponemos a sus crímenes sino también a su proyecto racista, que no es defendible. España es una democracia tan garantista que permite que partidos independentistas se presenten a las elecciones, algo que es una anomalía si lo comparamos con los países de nuestro alrededor. Y no me parece mal que se presenten, siempre que cumplan la ley. Ahora bien, lo que no puede ser es estar legitimándolos, permanentemente, como si fueran una fuerza democrática. No. No lo son. Bildu no es un partido democrático. ERC es un partido de estilo falangista y Junts, un partido de extrema derecha.

Sus mensajes lo compran muchos españoles.

Como se explica en la película: el problema es cuando los padres mienten a los hijos, cuando se normalizan discursos que nunca debieron normalizarse… Y luego hay unos nacionalistas que lo son por convicción, pero también otros que son unos jetas y se apuntan al carro. El abuelo de Pere Aragonès era franquista, el padre de CiU y él de ERC. Pero más allá de todo esto lo que debemos decir muy claro es que la xenofobia no es respetable. No todas las ideas son respetables en democracia, la xenofobia no lo es, la homofobia no es respetable, el racismo no es respetable. Joder. Esto hay que decirlo. Y no hay derecho a poner una frontera étnica. No existe ningún derecho a esto.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación