Una de las escenas del montaje durante su estreno en Madrid
Una de las escenas del montaje durante su estreno en Madrid - EDGAR MARQUES

«Dirty Dancing», sensualidad en la pista de baile

El musical llega al Teatre Tívoli de Barcelona con más de 55.000 entradas vendidas

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El Teatro Tívoli despidió hace pocos días «Priscilla» y ya recibe «Dirty Dancing». Buen escenario para acoger los musicales que se cocinan en España. Hablamos con Iñaki Fernández, productor de Lets Go Company: «Un amigo mío me habló del éxito que había tenido en Italia la nueva versión de “Dirty Dancing” y me animó a que lo montara aquí».

Se puso manos a la obra para armar un buen casting y para adaptarlo al castellano. «Al principio lo programamos para estar diez semanas en Madrid y cinco en Barcelona pero el público nos pide más y volveremos a Madrid, haremos gira por España y el puente de la Purísima estaremos de nuevo en Barcelona». Más de cincuenta y cinco mil entradas venidas en Barcelona y cien mil en Madrid son la mejor tarjeta de presentación: «Las actores tienen por contrato nueve sesiones por semanas y las cumplirán porque algunos días harán doblete».

Treinta años de esta historia de amor y sigue de rabiosa actualidad. La acción transcurre en el verano de 1963 pero se rodó en 1986 y se estrenó un año después. Elanor Bergstein se saltó la censura y escribió un alegato a la libertad de la mujer con espacio para gigolós, abortos y escenas muy sensuales.

«El filme gustó muchísimo y la fiebre todavía dura», subraya Iñaki Fernández que ha comprobado cómo vienen las diferentes generaciones.

Veinticinco actores, cuatro de ellos también músicos, y veinte técnicos. Esta gran familia está encabezada por la joven Frances «Baby» que interpreta Amanda Digón y Johnny Castle al que da vida Christian Sánchez. La pareja estuvo un mes intenso de ensayos hasta lograr transmitir su atracción a la platea.

«Mi personaje tienen bailes muy complejos, con muchos cargados», destaca Christian que empezó a estudiar teatro musical en la Escuela de Coco Comín. «A mí me costó adaptarme a la sexualidad que transmite la chica», confiesa Amanda Digón que debuta en los escenarios españoles tras varios éxitos en Londres.

Baby rompió muchos tabús. «Es una chica que empieza muy modosa y que va tomando fuerza», añade Amanda. En su caso el casting fue muy duro. «Hice muchas pruebas pero los responsables del casting no me veían en el papel de Baby, entre otras cosas porque tengo el pelo muy moreno. Pero después de insistir mucho conseguí recitar algunas de sus frases y algunos de sus bailes y lo conseguí. ¡Esta peluca me ayudó mucho!».

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