Amanda Digón y Christian Sánchez, protagonistas de «Dirty Dancing»
Amanda Digón y Christian Sánchez, protagonistas de «Dirty Dancing» - Gtres

«Dirty Dancing»: llega al teatro el musical sobre la icónica película

El italiano Federico Bellone dirige la producción española del espectáculo, protagonizado por Amanda Digón y Christian Sánchez

Madrid Actualizado: Guardar
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La imagen es uno de los grandes iconos del cine de los años ochenta: Patrick Swayze sosteniendo en el aire a Jennifer Grey en el momento culminante de su baile liberador, mientras suena la canción «(I’ve Had) The Time of My Life». Esta imagen puede revivirse en el Nuevo Teatro Alcalá, donde se ha estrenado el musical «Dirty Dancing», un espectáculo basado en la célebre película de 1987, y que lleva paseándose algo más de una década por los escenarios de todo el mundo desde su estreno en Australia.

Federico Bellone es el director de la producción española, que protagonizan Amanda Digón y Christian Sánchez. Bellone ha montado el musical con anterioridad en Italia, Gran Bretaña, Bélgica y México.

«Cuando lo dirigí por vez primera sabíamos ya que el espectáculo funcionaba y había tenido mucho éxito, así que no teníamos miedo de enfrentarnos al recuerdo de la película. Obviamente, Patrick Swayze es un icono... Pero al público le gusta ver la historia con otros intérpretes y otro punto de vista».

La base de un musical -y casi siempre su éxito- es siempre la historia que se cuenta. Para Bellone, «Dirty Dancing» es, sobre todo, una historia de decisiones. «Es lo más importante desde el punto de vista dramatúrgico. Todos los personajes se enfrentan a una decisión en sus vidas. Baby, la protagonista femenina, tiene que decidir al final del primer acto, cuando está en una cabaña con Johnny, el chico que le gusta, si se queda o se marcha; y se queda. En el espectáculo hay romanticismo, erotismo, música... Pero lo más importante creo que es la elección que tiene que hacer cada personaje».

El baile tiene un papel destacado en el musical, y para ello se cuenta con Gillian Bruce, una coreógrafa inglesa establecida en Italia. «Se necesitan bailarines con mucha técnica, la suya es una coreografía exigente y espectacular; y un poco erótica, sensual. Hay muchos números musicales, más que en la película... Es un musical, no hay que olvidarlo». Encontrar a los intérpretes adecuados, asegura Bellone, ha sido difícil, «pero como en todo el mundo. No todos los personajes cantan, pero los protagonistas han de saber bailar e interpretar muy bien, y eso no es sencillo de encontrar. Y estoy muy contento con todo el reparto». Un reparto del que destaca la pasión-un tópico que repiten todos los directores extranjeros que vienen a trabajar a España-. «Es una realidad, los españoles tienen una energía y una sensualidad especial al cantar, al bailar y al actuar. En el escenario hay fuego. No he visto una pasión igual en ninguna de las produccciones que he hecho, incluída la italiana».

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