Las torrijas no sólo se comen, ahora también se beben

Al pastelero José Ignacio Colinas, «alma mater» de la confitería Xokoreto, en Castronuño (Valladolid) siempre le ha gustado innovar, pero nunca pensó que su última invención tuviera tanto éxito. Amante de las torrijas, al confitero le dio por presentar este suculento dulce tan vinculado a la Semana Santa en versión «refresco» en un reciente Concurso Nacional celebrado en León que tenía a este postre como protagonista. Tan original propuesta se impuso en la categoría «innovadora» y desde entonces la demanda por esta propuesta culinaria no ha hecho más que crecer por parte de distintos restaurantes, así que ahora a José Ignacio Colinas no le ha quedado más remedio que estudiar la manera de que su original producto llegue a los establecimientos de hostelería.

Para este repostero, su postre no es «una torrija líquida al uso». Sí es cierto que este particular postre lleva los ingredientes tradicionales batidos y reducidos con leche, si bien, el toque «exótico» le pone «el gas carbónico». «Es muy curiosa la textura conseguida. Te estás bebiendo un refresco con sabor a torrija, pero parece una Coca-cola por la forma en que te burbujea en la boca».

Mucho más «laboriosa»

Pese a que los ingredientes coinciden prácticamente con el típico dulce de la Semana de Pasión, su elaboración, admite este pastelero, es mucha más «laboriosa». Ahora está viendo cómo pueden llegar a comercializar este innovador postre. Entre los inconvenientes de la receta actual, el escaso tiempo que dura el gas en la botella. «Hemos sacado el 'prêt-à-porter' de las torrijas», señala José Ignacio Colinas, que comenzó de casualidad en esto de la pastelería tras varios años en el mundo de la hostelería y la cocina. Desde entonces, a partir de ingredientes naturales siempre ha tratado de innovar en sus creaciones, fundamentalmente «en el mundo de las texturas».