Ignacio Miranda - POR MI VEREDA

Humo de vapor

«Una prueba más de la desfachatez con la que toma el pelo a los ciudadanos este maestro en excedencia que, desde que ascendió a prócer de su partido en Valencia, no ha vuelto a pisar un aula»

Ignacio Miranda

Nos ha agraciado esta semana en León con su distinguida presencia don José Luis Ábalos Meco, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que es como se denomina de forma guay este departamento desde que llegó el PSOE al poder, porque aquello de Fomento, aparte de lacónico, recordaba mucho a Cascos y todavía más atrás. Como decimonómico y tal. Esto de la Agenda Urbana llama poderosamente la atención, porque uno tiende a pensar que se refiere, por lo de «urbana», no tanto a la acepción relativa a ciudad, sino a la exquisita cortesía y caballerosidad de la que hizo gala el ministro una noche gélida de enero, al recibir en Barajas a Delcy Rodríguez, la lugarteniente de Maduro. Una señora que, al parecer, tiene la extraña costumbre de viajar en Falcon con cuarenta maletas de contenido desconocido sin pasar controles de seguridad. Hábito no tan raro en las dictaduras, porque también Franco se desplazaba por España con la mano incorrupta de Santa Teresa, procedente de las carmelitas de Ronda, y nadie se quejaba.

En su turné por León, el titular de Transportes fue a visitar un moderno centro de control de tráfico ferroviario, que se ocupa de la alta velocidad, vía convencional y vía estrecha. Solo faltan las maquetas del ibertren. Porque es curioso que Ábalos Meco, siendo hijo de torero, tenga más aire de ferroviario. Le pega más el tren, sin duda. Le puedes confundir con un factor de estación de La Roda de Albacete o con el interventor sereno del expreso Rías Bajas. Aparentemente serio y formal en un Gobierno de charlatanes sin palabra. En sus declaraciones ante los medios, el ministro destacó la importancia de este centro pionero de la gestión del tráfico ferroviario de España, como primer puesto de mando que agrupa diferentes redes.

Y como aquí no suelta tanta pasta para los regionales, que no tenemos los «rodalies» de Cataluña, ni Astorga es Tarrasa, ni somos golpistas, se sacó de la chistera un forzado anuncio: el nuevo modelo de circulación de trenes que potencie la actividad de la España más despoblada. Porque su Ministerio y ADIF trabajan para aumentar la eficiencia de la red y generar oportunidades en todo el territorio. Quiere vender la moto de que al agrupar plantillas de control de tránsito de trenes en pequeñas ciudades, con modernas tecnologías, es una manera de luchar contra el ocaso demográfico. Lo que viene a ser mezclar churras con merinas o confundir la alta velocidad con el tocino. Una prueba más de la desfachatez con la que toma el pelo a los ciudadanos este maestro en excedencia que, desde que ascendió a prócer de su partido en Valencia, no ha vuelto a pisar un aula. Un vulgar vendedor de humo cuando ya no hay trenes de vapor.

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