Antonio Lázaro - ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

¿Quién le ha robado a Don Jorge el mes de abril?

Al igual que Cervantes y Shakespeare, otro grande murió en abril, Jorge Manrique

Antonio Lázaro
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Desde los 90, años de la gozosa fundación del Triángulo manriqueñojunto a Cristian Casares y José Manuel Ortega, venimos postulando que abril es de don Jorge. Esto es: que no es solo el mes en que fallecieron otros dos gigantes de las Letras, que también en ese mes se vino a cruzar con la Parca su máximo cantor. Fue en una escaramuza bélica bajo el castillo de Garcimuñoz y exhaló el postrer aliento en Santa María del Campo Rus, siendo inhumado en el convento-fortaleza de Uclés en su condición de caballero santiaguista.

El Triángulo manriqueño: tres lugares de Castilla-La Mancha, tres emplazamientos en La Mancha conquense. Nadie cuestiona la grandeza de Jorge Manrique ni la primacía dentro del canon poético de sus justamente afamadas Coplas.

Sin embargo, su muerte (paradójicamente, ya que se trata de su cantor el más excelso) no se celebra ni de lejos en paridad a las de Cervantes y Shakespeare.

Épica y erotismo

Jugando con la perífrasis del título, ¿quién le ha robado su mes de abril? Al poeta que pone una pica de modernidad en la poética medieval de los Cancioneros, el que tiende puentes y, junto a La Celestina, empalma Medievo y Renacimiento, misticismo y humanidad, épica y erotismo. El autor cuyas Coplas dominarían las imprentas en la siguiente centuria, como haría Don Quijote en el XVII. Cuyo magisterio era punto de partida en los estudios literarios y filológicos, que entonces aunaban (no como ahora) hermenéutica y escritura. El creador que, certificando un fin de época, recrea los grandes temas de la caducidad (tempus fugit), del poder vano, de la belleza efímera, del amor que es combate bélico, de la muerte y de la Gloria.

El que generó un manantial de glosas, parodias e influencias, notorias hasta en aquellos que, como Cervantes, jamás lo reconocen pero no dejan de manifestarlo en sus textos.

He aquí acaso el mayor misterio, el des-concierto mayor. Como viene acreditando en sus estudios José Manuel Ortega, siendo Cervantes altamente tributario de los modos y los temas manriquianos. ¿Puede rastrearse aquí el origen de ese injusto (e injustificado) robo del mes de abril para don Jorge?

Como verifican los artículos de Ortega, que esperamos ver pronto compilados en libro, y lo hacen siempre desde la barthesiana verdad de los textos comparados, Cervantes recrea y/o parodia a Manrique decenas de veces. Cabe incluso conjeturar que don Quijote, al ponerse la armadura de su abuelo, se estaba poniendo la de don Jorge, el de las Coplas, herrumbrosa tras 100 años de inacción.

La escena de la muerte de don Quijote, rodeado de los suyos, su particular familia de solterón, ¿no recuerda en su descripción escénica la del Maestre Don Rodrigo, inspirador de las Copas? Este muere asegurando en su diálogo con la Parca que es locura no aceptar el designio fatal mientras que Sancho, en lo que parece casi una réplica paródica literal, dice que la locura es dejarse morir sin más ni más. Por lo demás, «nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir…» ¿Y en dónde muere Don Quijote realmente, que no Alonso Quijano que lo hace en su cama del lugar manchego, sino en una playa de Barcelona junto al Mediterráneo?

Radio de acción

En estos años hemos ampliado el radio de acción del Triángulo hasta lugares tan emblemáticos como Villamanrique y Ocaña, la Villa Maestral en donde muere don Rodrigo y de donde arrancan las Coplas. Este, 2017, le corresponde a Uclés la capitalidad de la Jornada manriqueña (el 29 de abril), que desde mediados los 90 han asumido los respectivos municipios en encomiable resolución colectiva y popular.

Pero don Jorge se merece un recordatorio mucho más protagónico, compartiendo cada abril ese pódium imaginario con Cervantes y con Shakespeare, tributarios ambos de su estilo y de sus grandes temas. Un espacio en las aulas, en las librerías, en los foros y fastos del Día del Libro.

Las coplas del carpe diem

Porque sus Coplas, al cantar la muerte, lanzan también un mensaje de carpe diem, de gozo efímero como la verdura de las eras, tan fugaz como necesario para acceder al arrabal de senectud y optar al pórtico de la Gloria. La Jornada manriqueña era, es y será, a partir de un motivo luctuoso y de una celebración de la muerte, una verdadera fiesta de las letras, de la poesía, de la solsticial renovación que nos procura cada primavera. Y esa fiesta debe irradiar a todos los espacios educativos y culturales de España, en paridad con las dedicadas a los otros dos genios de las Letras fallecidos en abril.

No solo los estudiantes de grado superior de Letras, también los escolares se merecen saber que, al igual que Cervantes y que Shakespeare, otro grande murió en abril. Enriqueciendo la efeméride con la lectura renovada de una obra cumbre de la literatura de todos los tiempos.

La cultura regional y la española en general deben apoyar e implementar el meritorio esfuerzo que vienen haciendo Garcimuñoz, Santa María y Uclés, potenciando una ruta que merece optar a la máxima categoría nacional e internacional.

Abril debe serle restituido a don Jorge. Porque suyo fue antes que de ningún otro.

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