Un ganador de la Gala Drag de Las Palmas asiste a la misa del obispo canario por la "blasfemia" de Sethlas

Cerca de mil fieles han respondido este viernes abarrotando la Catedral de Santa Ana a la llamada del obispo de Canarias, Francisco Cases, quien ha oficiado una misa de desagravio tras la "blasfemia" que, a su juicio, cometió el Drag Queen del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2017 al vestirse de la Virgen y de Cristo crucificado. Entre los asistentes estaba Carlos Menéndez, que fue el primer ganador de este evento en 1998.

Después de que pidiera públicamente perdón a las víctimas del vuelo de Spanair por haber escrito que el espectáculo que ganó la Gala Drag Queen de este 2017, el interpretado por Drag Sethlas, le había apenado más que ese accidente aéreo, unas palabras de las que se ha arrepentido "sinceramente", la misa oficiada este viernes por Cases incluyó unas plegarias en recuerdo de los 154 fallecidos en ese siniestro aéreo.

Sentados y de pie, cientos de fieles han respaldado con su presencia el sentir expresado por el obispo, quien ha calificado el espectáculo drag como una grave ofensa para la fe cristiana.

En su homilía de este viernes, Cases ha recordado la que ofreció el 8 de septiembre de 2016, día de la patrona de Gran Canaria, la Virgen del Pino, para afirmar que "la Iglesia diocesana quiere mirar la sociedad y la misma Iglesia con los ojos misericordiosos de la Virgen que invocamos en la Salve".

"Quiere ser comunidad de perdón, de acogida, de cercanía, de sanación de heridas, comunidad que trata con misericordia porque hemos visto en Jesús el rostro de la misericordia de Padre Dios, que nos trata con misericordia a nosotros", ha dicho.

Entre el numeroso público congregado en la catedral de la capital grancanaria se encontraba el exconsejero del Cabildo Melchor Camón, del PP, y también el ganador de la primera gala Drag Queen de la ciudad, Carlos Menéndez, que fue el portavoz de uno de los jurados del concurso de este año.

A su entrada al templo, Menéndez dijo que, como creyente, acudía a la misa para escuchar en primera persona lo que iba a decir el obispo. El propio Cases también ha subrayado a su entrada a la catedral que una misa es " un tratado de paz". La respuesta a la convocatoria de Cases fue masiva y no hubo incidentes.