Moción de censura

Rajoy y Sánchez se encomiendan al PNV para garantizar su futuro

Los vascos decidirán su voto tras oír los «compromisos» del líder socialista

Ferraz asegura que «se pueden garantizar» al PNV los PGE de 2018

Rajoy se involura de forma personal y trata de convencer a Ortuzar

Sigue en directo la votación de la moción de censura de Pedro Sánchez a Rajoy

De izquierda a derecha: Mariano Rajoy, Andoni Ortúzar y Pedro Sánchez ABC
Víctor Ruiz de Almirón

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Pedro Sánchez nunca ha estado tan cerca como hoy de ser presidente del Gobierno. Las expectativas en las filas socialistas están por las nubes a tan solo 24 horas de que mañana el Congreso vote su moción de censura contra Mariano Rajoy . Hasta hace dos días primaba en el PSOE la sensación de que los nacionalistas vascos primarían la estabilidad ante el incierto escenario que se abre si Sánchez llega a La Moncloa. Primaba la tesis de que el voto de los cinco diputados nacionalistas sería una abstención. «El PNV solo es tu amigo si tienes el poder» , dudaba un dirigente socialista.

Pero cuando parecían tener todas las respuestas cambiaron todas las preguntas. Fuentes de la cúpula socialista confirman que estarían en condiciones de «poder garantizar» al PNV que podrán mantenerse los Presupuestos Generales del Estado que los nacionalistas vascos acaban de aprobar con el PP y Ciudadanos. El Senado tiene que aprobar definitivamente las cuentas el 19 o 20 de junio. Y desde el PSOE explican que si el PP se viese «tentado» a usar su mayoría absoluta para deshacer los compromisos con el PNV, estarían dispuestos a «corregirlo» una vez que el proyecto regrese al Congreso de los Diputados.

En el PSOE explican que no se darían las condiciones para elaborar unas nuevas cuentas y que la alternativa es o gobernar con estas cuentas o hacerlo con las de 2017, que actualmente están prorrogadas.

Nuevas mociones

Además, ante el fantasma de una nueva moción impulsada por Podemos que plantease la convocatoria de elecciones inmediatas, la jugada que anhela Ciudadanos, en el PSOE podrían garantizar al PNV una mínima duración de la legislatura. Pedro Sánchez ha mantenido que en el horizonte de esta moción siempre estará la convocatoria electoral, pero ha evitado comprometer un tiempo para no condicionar los contactos con el PNV, que se producen desde que Sánchez habló por teléfono con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar .

En el Gobierno hay máxima cautela, pero en el fondo se confía en que el PNV «respete» el pacto presupuestario sellado con Rajoy y no dé un giro que sería entendido como una «deslealtad». La clave, reconocen en La Moncloa, está en el PNV, una vez que Ciudadanos ha dejado claro que Sánchez no será presidente con sus votos.

Los esfuerzos de Rajoy, pues, se centraron en los nacionalistas vascos, y el presidente se involucró personalmente en las conversaciones para intentar convencer a Andoni Ortuzar de que no apoyara un Gobierno presidido por Sánchez, pues se pondría en serio peligro todo lo pactado en los Presupuestos. El Ejecutivo promete al PNV «Presupuestos y estabilidad para cumplirlos», algo que, advierten, no garantizaría ni de lejos un el «Gobierno Frankenstein» de Sánchez. Rajoy también se ha puesto en contacto con otros socios presupuestarios, como Coalición Canaria, según fuentes de esta formación. Su diputada, Ana Oramas, era la más optimista ayer en el Congreso ante el posible rechazo de la moción .

La dirección del PNV reúne esta tarde a su ejecutiva de manera extraordinaria para decidir qué hacen en una votación que hubieran preferido evitar. El partido vasco, muy a su pesar, vuelve a tener en su mano salvar a Rajoy, con el que han mantenido una relación privilegiada por la aritmética parlamentaria, o empujar en su caída por la corrupción del PPcon el riesgo de perder los 540 millones de inversiones en el País Vasco que recogen los Presupuestos y la subida de pensiones, que ellos mismos lograron. La abstención blindaría al presidente.

Es cierto que los nacionalistas vascos son por naturaleza reacios a cualquier escenario de inestabilidad y la moción de censura sin duda lo es. Además, rechazan un adelanto electoral porque creen que beneficia a Albert Rivera y tampoco arrojaría mayorías claras. Pero desde Bilbao señalan que la situación política de Rajoy «es límite» y huyen de ser retratados como el único flotador del PP, junto a Ciudadanos. Una fotografía que se digiere mal entre su electorado vasco, que entenderá mal que sujetes un gobierno «en descomposición» tras la sentencia de la Gürtel.

La corrupción, argumentan, ha llevado al país a un estado de «alarma social» que les hace muy difícil seguir sosteniendo a Rajoy. «Ha calado ya que es un cadáver político», deslizó ayer un parlamentario vasco . De hecho, el PNV cree que aunque mañana le lancen un salvavidas, en la situación actual, con la oposición compitiendo para derrocarle con sucesivas mociones de censuras, no tendrá garantizado seguir a flote por mucho tiempo más. «La tempestad no cesará: ahora es esto pero vendrá la sentencia de los papeles de Bárcenas, habrá más casos y Rajoy no aguantará». En estas condiciones, el PNV reconoce que le toca elegir entre un escenario malo y otro peor. Ejercer de sostén de Rajoy supone un coste político alto, se subraya desde la cúpula nacionalista, que ya asumió dividida el apoyo de los Presupuestos hace un semana.

Relación discontinua

Desde un primer momento el PNV ha intentado mantener una concordancia de voto con los soberanistas catalanes. Sin embargo, ERCha optado ya públicamente por derrocar a Rajoy y el PDECat se inclina por hacer lo mismo, lo que añade más presión a la válvula vasca. Aitor Esteban justificará su voto ante el Pleno del Congreso por la tarde después de que la ejecutiva vasca decida. Antes, quieren escuchar las «motivaciones»de Sánchez para presentar su moción de censura. Ortuzar ha mantenido con él una relación discontinua en los últimos meses y desde el PNV se le ha recriminado que con su ausencia en el debate público haya dejado demasiado terreno para que Ciudadanos crezca en las encuestas . Los vascos buscarán del líder socialista el compromiso de que mantendrá las inversiones presupuestarias (540 millones para el País Vasco), de que retrasará en lo posible el adelanto electoral así como un discurso territorial sensible a las «realidades nacionales»vasca y catalana.

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