Curri Valenzuela - CHISPAS

Rajoy: de Cañamero a Obama

En 24 horas el presidente del Gobierno pasó de presenciar el espectáculo de la camiseta reivindicativa y de la bandera republicana a debatir con Obama y Merkel los temas que de verdad importan

Curri Valenzuela
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Berlín dista de Madrid 1.800 kilómetros pero a Mariano Rajoy el pasado viernes le pareció que se trasladaba de la Tierra a Marte. En menos de 24 horas pasó de presenciar el espectáculo con el que la tercera parte de los diputados participó en el solemne acto de apertura de la Legislatura a cargo del Rey, camiseta reivindicativa de Cañamero, bandera republicana en las filas de Izquierda Unida incluidos, a sentarse en una mesa de reunión con Barak Obama y Angela Merkel para debatir los temas que importan de verdad al mundo: la imparable ola de inmigración, la guerra del fanatismo islámico, la presidencia de Donald Trump.

Visto desde Madrid es el colmo de la paradoja, pero ese Obama tan admirado por la progresía española le llama «Mariano», se congratula de que «finally» haya conseguido ser investido

y le desea mucha suerte. Ni le mienta a Bárcenas ni a Rita Barberá, a quien seguro ni conoce ni le importan. Solo recordó a Rajoy que la única vez que visitó España como presidente norteamericano, el verano pasado, éste le comentó la posibilidad de unas terceras elecciones generales, ante lo cual aquel le recomendó evitarlas por la pereza de tener que llevar a cabo tres campañas electorales en un año.

El apoyo de Merkel al presidente español, más firme aún, se valora menos en nuestro país porque la canciller es persona non grata para la izquierda, aunque a Rajoy le supo a gloria el que le tratara como su socio favorito en la política europea. Muy puesta en los temas españoles, le habló de las pensiones, los ajustes que quedan, los vericuetos de la política nacional. «Para ser alemanes, estuvieron cariñosísimos con nosotros», asegura un acompañante de nuestro presidente.

Merkel, que ya tenía la costumbre de comenzar el curso político reuniéndose con Rajoy, quiere empezar así la nueva legislatura española. Vendrá a España a comienzos de 2017 y no será a Madrid. Le gustó la experiencia de recorrer el tramo final del camino de Santiago hace dos años y esta vez podría visitar una ciudad del Sur. Luego tendrá que concentrarse en sus elecciones del año que viene, que tiene difícil por el coste de su política permisiva hacia los refugiados, aunque disfruta de algo que levanta la envidia de su amigo Rajoy: cuando tiene que gobernar en minoría, los socialistas de su país la apoyan.

Ver los comentarios