El dilema Igea: reconoce malestar por el pacto con el PP pero lo firma

Desde la dirección nacional niegan descontento entre los votantes y creen que «es lo mejor»

Francisco Igea, presidente de Ciudadanos en Castilla y León Fernando Blanco
Juan Casillas Bayo

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«Estoy seguro de que muchos votantes de Ciudadanos en Castilla y León se sienten decepcionados y que hay cabreo». Así de explícito fue el candidato de la formación naranja al Gobierno autonómico, Francisco Igea, tras la firma del acuerdo programático con el PP. El hombre que levantó el pucherazo durante las primarias de Cs y se llevó por delante a la candidata de Albert Rivera, Silvia Clemente, no tuvo problema en reconocer que «hay cabreo» entre los castellano y leoneses que optaron por su partido con la idea de que iban a ser los artífices del cambio en la comunidad de la mano del PSOE. Sin embargo, Igea apeló a la «responsabilidad» para justificar la decisión de gobernar en coalición en una tierra que ha sido el granero de votos de los populares (32 años de gobierno), y acusó al PSOE de «estar entregado a una estrategia peligrosa para España».

No fue, sin embargo, la única confesión de quien también ha sido diputado nacional por Cs, al señalar que defendió que el PP fuese «la opción preferente para pactar y no la excluyente» . Aunque también quiso dejar claro que la decisión de llegar a un acuerdo con los populares fue de la dirección nacional. «No tengo ningún problema en reconocer mi afinidad política», dijo al ser preguntado por el hecho de que durante la campaña se mostrase dispuesto a un gobierno con el PSOE para acabar con 32 años de poder de los populares. Sin embargo, según aseguró después, también dijo que «si se cruzaban líneas rojas, lo hacían difícil», y eso se ha producido, puntualizó, al llegar a acuerdos con los nacionalistas y con partidos como EH Bildu.

A nadie se le escapa que Igea, que combatió precisamente a la expopular Clemente en las primarias de Cs porque entendía que sus dos décadas con cargos en el PP le impedían encarnar la «regeneración» que pregona su partido, era más proclive a pactar con el PSOE. No obstante, en un partido muy centralizado y jerarquizado, las decisiones se toman desde Madrid.

Sin temor a una «rebelión»

Fuentes de la dirección nacional aseguran que en ningún momento ha habido temor a una «rebelión» de Igea contra el mandato de la Ejecutiva. De hecho, recuerdan que el propio Igea ocupaba un asiento en el Comité Ejecutivo que aprobó por unanimidad las líneas negociadoras a seguir tras las elecciones autonómicas y municipales del pasado 26 de mayo. Es decir, Igea votó a favor de que el PP fuese el «socio preferente» sin excepción y esto le condenó prácticamente a entenderse en su comunidad con los populares. Sin la necesidad de sumar a Vox en esta región para alcanzar la mayoría absoluta, era difícil prever un escenario en el que el PP y Cs no se pusiesen de acuerdo.

Quizá el vallisoletano confió en que las condiciones de los liberales frustrasen las conversaciones con el PP, pero lo cierto es que los populares aceptaron sin remilgo sus peticiones , incluidas las más duras en regeneración. Igea, con su lamento, rompió ayer un silencio que se extendía desde el principio de acuerdo alcanzado por PP y Cs.

Desde Madrid desautorizaron la opinión expresada por Igea y negaron descontento en sus electores porque las medidas pactadas son «lo mejor» para Castilla y León. Es desde el gobierno, dicen, desde donde se alcanzará la regeneración. Y se hará sin tener que pactar con el PSOE de Luis Tudanca, seguidor de las políticas de Pedro Sánchez.

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