Juan Carlos Aguilar, en una de las jornadas del juicio
Juan Carlos Aguilar, en una de las jornadas del juicio - efe

El jurado declara al «shaolín» culpable de dos asesinatos con alevosía, sin ensañamiento

Juan Carlos Aguilar podrá cumplar un máximo de 20 años en prisión por cada uno de los dos crímenes

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El jurado popular declaró a Juan Carlos Aguilar, el «falso shaolín», culpable de dar muerte a Jenny Sofia Rebollo y Maureen Ada Otuya sin posibilidad de defenderse, en ambos casos por unanimidad, pero no culpable de ensañamiento en el caso de Ada Otuya, por siete votos a dos. Ambos crímenes fueron cometidos en Bilbao en 2013.

La portavoz designada por el jurado acaba de dar lectura al veredicto en la Audiencia Provincial de Vizcaya, donde se ha desarrollado el juicio. Aguilar asistió a esta lectura con la misma posa hierática y aparentemente impasible que ha exhibido durante todo el proceso.

Tanto la defensa particular como la popular argumentaban que se había producido el ensañamiento en el caso de Ada Otuya, circunstancia que rechazaban tanto el fiscal como la defensa del acusado

. De esta forma, la pena máxima que podrá imponer el juez en su sentencia, que se dará a conocer dentro de unos días, será de 20 años por cada uno de los dos asesinatos con alevosía. Cumpliría en prisión un maximo de 25 años.

El ensañamiento fue el único de los puntos valorados por el jurado donde no se produjo unanimidad. Sus integrantes también consideraron que el falso shaolín no debe gozar de beneficios penitenciarios.

El jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, comenzó a deliberar este jueves, después de recibir las instrucciones del magistrado, Manuel Ayo, y el objeto del veredicto. El juicio arrancó el viernes de la semana pasada, con una jornada en la que el acusado reconoció los dos asesinatos con alevosía, pero no el cargo de ensañamiento. Este reconocimiento acortó sensiblemente el proceso, de tal forma que la vista oral solo constó finalmente de cuatro jornadas.

La acusación, decepcionada

Conocido el veredicto, los abogados de la acusación expresaron ante los medios de comunicación, ante todo, su respeto por el veredicto del jurado. Al mismo tiempo, no obstante, transmitieron la decepción que les había ocasionado el que no apreciaran el ensañamiento en el caso del asesinato de Maureen Ada Otuya.

«Estamos muy decepcionados, creemos que se ha probado el ensañamiento», manifestaba a la salida del Palacio de Justicia el abogado de la familia de Ada Otuya, José Miguel Fernández. Con gestio serio, precisaba: «Desde el respeto, no lo compartimos. Vamos a esperar a la sentencia para estudiar las posibilidades de recurso». Palabras casi idénticas a las de Maite Iturrate, abogada de la asociación Clara Campoamor. «Estamos un poco apenados pero mostramos todo nuestro respeto».

Añadía que agradecía la labor del jurado, especialmente porque «han estado bastante tiempo deliberando. Considero que han estado buscando esas pruebas». Por su parte, Jorge García Gasco, en representación de la familia de Rebollo, admitía que el veredicto del jurado era «un escenario harto posible». «No sé si ha sido una cuestión nuestra de no haberlo sabido explicar», lamentaba.

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