El «falso monje shaolín» reconoce el doble asesinato pero rechaza el ensañamiento

Juan Carlos Aguilar, el «falso monje shaolín», reconoció haber cometido los asesinatos con alevosía de la nigeriana Maureen Ada Otuya y la colombiana Jenny Sofía Rebollo en Bilbao en 2013, a las preguntas del fiscal en la primera sesión del juicio. Sin embargo, en la línea de un escrito que presentó su abogada el pasado 17 de marzo, no admite el ensañamiento en el caso de la primera. Un matiz crucial para la futura imposición de penas y la duración del juicio, que será más corto a raíz de dicho reconocimiento de los hechos.

En su breve declaración en el arranque del juicio, este viernes en la Audiencia Provincial de Bilbao, por los dos crímenes que cometió presuntamente hace dos años, Aguilar se negó a contestar, en cambio, a las preguntas de las respectivas acusaciones particulares, así como de la acusación popular que ejerce la asociación Clara Campoamor.

La abogada de esta última ni siquiera llegó a formular las preguntas, a diferencia de sus dos colegas.

El falso shaolín, puesto en pie, sí fue contestando a todas y cada una de las preguntas que le iba formulando el fiscal. Durante unos cinco minutos, de forma escueta en su mayoría, asintiendo con la cabeza, aunque ante una de esas preguntas expresó: «Sí, reconozco todos los hechos». Es decir, que el 25 de mayo de 2013 asesinó a Jenny Rebollo y que el 2 de junio del mismo año mantuvo relaciones sexuales y asesinó a Maureen Ada Otuya. También contestó a las dos únicas preguntas que hizo su abogada, acerca de su deseo de indemnizar a los familiares de las víctimas.

El fiscal pide 20 años de cárcel por cada uno de los dos crímenes admitidos por Aguilar. El acusado asistió impasible y sin apenas moverse a la lectura de los escritos de calificación, con los que a mediodía dio inicio el juicio después de que se conformara el jurado popular, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, que debe determinar la culpabilidad del falso shaolín. A la acusación le corresponde la tarea de aportar las pruebas que convenzan al jurado de que, como argumenta, se produjo el ensañamiento negado por el acusado.

El escrito, una «estratagema»

Antes de la declaración de Aguilar, que se ha producido sobre las 13.15 horas, el fiscal se dirigió al jurado en estos términos: «Sé y confío en que van a cumplir su misión con pleno interés y pleno respeto a las víctimas. Y también al acusado». Y, muy importante, precisó que no considera que hubiera ensañamiento en el caso de Ada Otuya, como sí argumentan la defensa particular y la popular, que reclaman 25 años de cárcel por este crimen.

Las acusaciones particulares se mostraron muy críticas con el escrito que envió la defensa de Aguilar hace apenas unas semanas, en las que admitía los asesinatos pero negaba el ensañamiento. El abogado de Rebollo aseguró que la defensa intenta «minimizar» las condenas y que «llega tarde». El letrado de Ada Otuya lo calificó de «estratagema».

«Vamos a acreditar que no ha ayudado en absoluto al esclarecimiento de los hechos. Gran parte de los 2.000 folios del sumario son cortapisas de la defensa», añadió. El otro punto de fricción es la indemnización a las familias de las víctimas, torpedeadas, según las acusaciones, por parte del acusado. «Hoy hay dos huecos. Faltan Ada y su familia, que también son víctimas. No han podido venir porque su familia es humilde», lamentó el abogado de la víctima nigeriana.

El abogado de la familia de Rebollo insistió en que no se juzga un delito «normal», porque sus circunstancias fueron «deleznables», Aguilar «disfrutaba» y cometió una «perversión». En cuanto a la defensa, aseguró que Aguilar ya reconoció los hechos en el momento de su arresto, en 2013, y afirmó que puso su patrimonio a disposición de las familias de las víctimas.

El juicio, que se reanudará el próximo lunes con la declaración de los ertzaintzas que detuvieron al falso shaolín, está presidido por el magistrado Manuel Ayo, presidente de la Audiencia Provincial de Vizcaya.