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Recetario para que las empresas se adapten al cambio

La consultora Soulsight explica las claves del «Desing Thinking», un método para dar respuesta ágil a nuevas necesidades

Madrid Actualizado: Guardar
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Imagine por un momento un gran barco transatlántico. Estable, seguro y pesado. Ahora una lancha motora, rápida, ligera, ágil. Al primero puede llevarle horas cambiar su rumbo, aunque cuando por fin lo hace alcanza altas velocidades de crucero. La segunda, sin embargo, consigue virar en apenas unos segundos aunque el resto del viaje no puede competir con un gran barco ni en velocidad ni en resistencia. Algo similar es lo que ocurre actualmente en el mundo empresarial, en el que gigantes de primer nivel han visto cómo pequeñas compañías están comiéndose parte de su pastel. La casi inmediata capacidad de adaptación a los profundos cambios es probablemente la característica más envidiada de las «startups», por las grandes corporaciones. Estas últimas son conscientes de que los nuevos tiempos exigen una nueva forma de trabajar, pero también reconocen sus dificultades para conseguir que estos aires de cambio lleguen a dar la vuelta a las fuertes inercias de trabajo «como toda la vida».

Soulsight es una consultora que trata de ayudar a las compañías y a sus CEOS (con quienes trabajan codo a codo como condición indispensable) a identificar sus problemas y buscar soluciones creativas. Su herramienta es el «Design Thinking», una metodología para encontrar ideas innovadoras que se centra en buscar soluciones reales a los usuarios. Su oficina, plagada de «post it» de colores y con ordenadores que se pueden contar con los dedos de una mano, dan buena fe de ello. Por ellas han pasado los ejecutivos de IKEA, AXA, Desigual, ING y Vodafone, entre otros. Carmen Bustos, su consejera delegada, repasa con Empresa las recetas para ser una empresa del siglo XXI:

1. Tener espíritu crítico

«La mayoría de las organizaciones vive en la complacencia», asegura Bustos. Y precisamente hacer las cosas como se han hecho hasta ahora «porque siempre se han hecho así» puede ser el primer síntoma de que hay algo que no funciona bien. «Las empresas verdaderamente exitosas nunca están conformes. Siempre quieren más», explica. Eso sí, para ello hay que estar dispuestos a hacer cambios profundos.

2. Saber gestionar la incomodidad

Esquivar continuamente las situaciones incómodas lleva al conformismo. Y una empresa debe afrontar cada día como si fuera el primero de un nuevo proyecto. «Nosotros vendemos verdades incómodas. Si las propuestas que hacemos no generan ningún revuelo es que no lo hemos hecho bien».

3. Enfrentar la incertidumbre

Derivado precisamente de esta huida de las situaciones incómodas, el miedo a la incertidumbre es quizá el otro gran reto que deben vencer las organizaciones que no quieren quedarse atrás. «La gente no soporta el caos ni la pérdida de control», explica Bustos, lo que explica en buena medida la tendencia al inmobilismo de muchas grandes compañías.

4. Espacios cuidados

Donde trabajamos es un aspecto fundamental que afecta tanto a la creatividad como al estado de ánimo. Y no sólo se trata del espacio físco, sino también del personal. «A la gente hay que darle cancha, espacio para que desarrolle sus habilidades. Yo confío mucho en la gente y en su potencial», asevera Bustos.

5. Identifica a tus «guerrilleros»

«La revolución no es para todos», advierten desde Soulsight. Los grandes cambios deben empezar con un grupo pequeño de «guerrilleros».

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