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Los cereales de desayuno cumplen 40 años en España

La planta de Kellogg en Tarragona exporta este producto a más de 20 países de Europa y de Oriente Medio

Madrid Actualizado: Guardar
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Los años 70 supusieron grandes cambios para los españoles y uno de ellos sin duda fue el acceso a alimentos que hasta ese momento solo se podían conseguir en otros países. Precisamente en esa década Kellogg creó la categoría de cereales de desayuno en España al iniciar su actividad en nuestro país en 1977.

La planta de producción de Kellogg en España, ubicada en Valls (Tarragona), lleva en funcionamiento desde 1980. En ella se elabora una amplia gama de cereales de desayuno para el mercado español y otros países europeos y de Oriente Medio. Su capacidad de producción es de 80.000 toneladas anuales, lo que supone más de 213 millones de paquetes de cereales de 375 gramos, el tamaño más común.

Las ventas mundiales en 2016 fueron de casi 13.000 millones de euros.

Durante cuatro décadas el mercado de cereales de desayuno ha crecido y se ha diversificado, impulsando de este modo la importancia del desayuno, con las marcas de esta multinacional estadounidense manteniendo el liderazgo en el mercado español a través de la innovación.

Además de la categoría de cereales de desayuno con la que llegó a España, esta compañía comercializa también en nuestro país desde 1999 barritas de cereales y a partir de 2012, con la adquisición de la marca Pringles®, amplió su portfolio al entrar en la categoría de snacks salados. Este negocio ha llegado a crecer con porcentajes de doble dígito durante los últimos años.

Precisamente debido a la ubicación de la planta en Valls, durante décadas la compañía ha utilizado arroz producido en España como materia prima para la elaboración de cereales de desayuno. En 2012, puso en marcha en España el programa OriginsTM, con el objetivo de optimizar los recursos, mejorar la rentabilidad y reducir el impacto medioambiental de los cultivos de arroz. Así ayuda a los agricultores de la región del Delta del Ebro y de la zona arrocera de Valencia a utilizar las mejores prácticas agrarias en sus arrozales, compaginando sus intereses con los de su entorno.

Un equipo de aproximadamente 400 personas desarrollan su labor profesional en España, de las que 300 trabajan en la planta de Valls y el resto en la oficina comercial en Madrid. A estos empleos directos se suman varios miles de empleos indirectos generados en la plataforma logística, transporte, proveedores de diferentes materias primas y servicios, etc...

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