El comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici (i) y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem
El comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici (i) y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem - efe

Bruselas desautoriza a su comisario de Economía por criticar a España

La Comisión aplaza el informe sobre el Presupuesto español en un inédito revés al político francés

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La Comisión Europea desautorizó este martes y de forma inequívoca al comisario de Economía, el socialista francés Pierre Moscovici, al retrasar la aprobación del informe sobre los presupuestos españoles para 2016, cuya publicación se había anunciado formalmente para ayer. El hecho de que se haya decidido aplazarlo significa un revés inédito para el comisario Moscovici, cuyas consecuencias no son fáciles de prever.

Moscovici había anunciado la víspera al término de la reunión de ministros de Economía de la zona euro que el informe sobre España "confirma el riesgo de incumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento tanto en 2015 como en 2016, como ya dijimos en primavera" y que en consecuencia "a la luz de estos riesgos, se va a invitar a las autoridades a que remitan un presupuesto actualizado inmediatamente después de que asuma el cargo el nuevo Gobierno".

Ese informe debía haber sido aprobado ayer por el colegio de comisarios, reunido en Estrasburgo, por el procedimiento escrito, que es el que se utiliza cuando no se prevé que haya discrepancias entre los comisarios. Todos los departamentos recibieron ese texto y según las reglas, si a las 3 de la tarde de ayer nadie hubiera hecho una objeción, se hubiera considerado aprobado formalmente. Sin embargo, antes de la expiración del plazo surgió esa discrepancia que se supone que solo podía venir de la parte del propio presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, descontento por las consecuencias políticas que se desprendían del tono exageradamente hostil de las declaraciones de Moscovici.

Schäuble, contrariado

De hecho, no solo irritaron al ministro español Luis de Guindos, sino que otros de sus colegas, entre ellos el alemán Wolfgang Schäuble, no ocultaron su extrañeza por el comportamiento del comisario. De Guindos hizo también unas declaraciones crípticas antes de dejar ayer Luxemburgo, después de la reunión de los ministros de Economía de toda la UE en la que se había analizado precisamente el informe sobre España en las que parecía anticipar lo que luego sucedió: "Que cada cual responda de sus palabras y de sus actos" en referencia a Moscovici de quien dijo que "cada cual es dueño de sus palabras y de sus silencios".

Sin embargo, entonces el ministro también daba por hecho que el Colegio de Comisarios aprobaría el informe mientras él volaba de regreso a Madrid y remitía a la comparecencia del vicepresidente de la zona euro, Valdis Dombrovskis, dando a entender que esperaba una matización de las palabras del francés.

Sin embargo, cuando Dombrovskis compareció para dar cuenta de los acuerdos de la reunión del Colegio de Comisarios fue para decir que "la Comisión ha discutido el proyecto de presupuestos españoles, pero no ha llegado a un consenso sobre el análisis". El lunes, sin embargo, se había anunciado ya formalmente que ese informe estaba ya hecho y los servicios de la Comisión prepararon las disposiciones para hacerlo público simultáneamente para todos los medios y evitar posibles filtraciones.

La víspera, Pierre Mocsovici había dicho también que la Comisión había hecho una previsión de crecimiento "ad hoc" de un 3,1% a fecha de septiembre, ya que el calendario establece que las previsiones de otoño no se publican hasta primeros de noviembre. En todo caso, con este cálculo mantenía los mismos resultados que tenía en mayo previendo que las cuentas públicas cerrarán este año con un déficit del 4,5% y el 3,5% en 2016. Dombrovskis dijo que no le sorprendería que "emerjan nuevos datos" en los próximos días, lo que da a entender que es posible que el resultado del nuevo informe sea diferente al que barajaba Moscovici.

Las reglas del semestre europeo establecen que los países deben someter al criterio de la Comisión los presupuestos del año siguiente, antes de ser aprobados definitivamente por los parlamentos nacionales. En este caso, España ha presentado sus cuentas públicas mucho antes, el 11 de septiembre, para dar tiempo a que la Comisión los analice antes de que se disuelvan las Cortes a causa de las elecciones generales de diciembre. Según fuentes del entorno de Moscovici, todo el proceso se ha pactado con el Gobierno español. Sin embargo, políticamente hay pocos argumentos para haber lanzado un ataque que solo puede ser utilizado electoralmente contra el actual Gobierno. Sobre todo si se tiene en cuenta que de todas las fórmulas posibles que pueden surgir de las elecciones, ninguna es tan favorable a la política de ajuste fiscal como la que representa el ejecutivo saliente.

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