Bruselas autoriza con condiciones la compra de Alstom por General Electric

La Comisión Europea ha autorizado este martes la compra de las actividades energéticas de la francesa Alstom por General Electric, una operación por valor de 12.500 millones de euros para cuyo visto bueno Bruselas ha puesto como condición la cesión a la italiana Ansaldo de la tecnología para la fabricación de turbinas de gas industriales pesadas (HDGT, por sus siglas en inglés).

Bruselas abrió una investigación en profundidad el pasado mes de febrero sobre esta operación, al considerar que existían «riesgos» de que desapareciera del mercado europeo esta tecnología, según ha explicado en una rueda de prensa en Estrasburgo (Francia) la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.

Sin embargo, el Ejecutivo comunitario considera con estas condiciones se dan las garantías suficientes para que la competencia en el mercado comunitario no se vea afectado por la compra.

General Electric es el primer fabricante de turbinas HDGT a escala mundial y Alstom se sitúa entre el tercer y cuarto puesto en el sector, según ha indicado Bruselas, que temía que la operación sirviera para eliminar del mercado a uno de los principales competidores de la marca estadounidense.

Subida de precios en la energía

Vestager ha destacado, además, que sin las condiciones impuestas en la operación se hubiese perjudicado la innovación en un sector clave para la lucha contra el cambio climático y hubiese contribuido a «subir los precios» de la energía.

Por contra, Bruselas no ve problemas de competencia en otras áreas de actividad implicadas en la compra, tales como la producción de electricidad térmica (otras que el gas), las redes y las energías renovables. Sectores en los que la Comisión considera que las dos compañías se complementan y no hay solapamientos.

El Ejecutivo comunitario ha llevado a cabo su investigación en «estrecha cooperación» con las autoridades estadounidenses en materia de Competencia, ha apuntado Vestager, quien ha querido subrayar que Europa «está abierta» a las inversiones extranjeras, siempre que cumplan «las mismas reglas que el resto».