ISABEL PERMUY
Antonio Moreno Presidente de Asltom en España

«En Alstom nos sentimos una compañía tan española como la que más»

Descarta competir con Renfe y ultima la división de sus activos en España tras el pacto con General Electric para traspasar su negocio energético

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Alstom despide 2014 como un año cargado de novedades que marcarán el futuro inmediato de la multinacional gala, después de que alcanzara un acuerdo con General Electric para traspasar su negocio energético. En España, además, las noticias que llegaban de la sede francesa se sucedían con la conflictividad laboral en la planta de fabricación de trenes y tranvías de Santa Perpetua de Moguda (Barcelona). Antonio Moreno, al frente de la división española de Alstom desde 2012, confía en la mejora incipiente que el sector está experimentando en nuestro país, después especialmente del anuncio de que Renfe estudia comprar 40 nuevos trenes.

–Aunque quizá es pronto, puesto que el ejercicio fiscal de Alstom finaliza en marzo, ¿cómo prevén cerrar el año?

–Los últimos resultados publicados en septiembre de este año muestran a nivel global un crecimiento tanto en pedidos como en ventas.

Hay cierto dinamismo en las inversiones en ferrocarril a nivel mundial. El año pasado ya notamos un crecimiento de la cartera de productos, un 21% mayor que en 2012. La exportación pesa mucho en esta cartera, cerca de un 85% para transporte y un 65% global. Es algo positivo, pero necesitamos mayor dinamismo en las inversiones nacionales.

–¿Confía en que la liberalización ferroviaria suponga una oportunidad?

–Renfe en los últimos años se ha dotado de dinamismo. La alta velocidad es el único modo de transporte que ha ido creciendo durante la crisis. Esto indica que sí hay apetito. Ha quedado demostrado que cuando el precio, las ofertas y los servicios están al alcance del consumidor sí hay una respuesta. La nueva revolución debe orientarse a competir contra la carretera y el vehículo privado. Aquí la liberalización tiene un papel muy importante que desarrollar. Y también los modelos que quiera comprar Renfe.

–¿Cree que la liberalización ferroviaria, como dice la CNMC, podría haber sido más ambiciosa?

–Cuando se está dando un paso tan importante como liberalizar el sector de alta velocidad, hay que ir con cierta cautela. Abrir un corredor como el del Levante es algo que tiene sentido para demostrar que existe una demanda adicional. También entendemos que ese es un primer paso. Renfe tiene una labor importante para prepararse ante la llegada de competidores. Es algo que no se puede hacer con un «big bang», poniendo en riesgo todo el sistema de la alta velocidad española.

–¿Estarían interesados en participar como operadores?

–Nosotros como Alstom fabricamos, mantenemos y somos industriales. Y tenemos que apoyar a Renfe desde la parte que conocemos, que es la industrial.

–¿Creen que podrán imponerse a las, digamos, compañías de bandera, como Talgo, en la compra de los nuevos trenes por parte de Renfe?

–Somos, del sector ferroviario, el segundo empleador en este país, muy por encima de todos los demás. Esto demuestra nuestra apuesta y compromiso por España. Como ya he comentado, el 85% de los pedidos proceden del mercado internacional. En estos pedidos trabajamos en consorcios con todas las empresas españolas. Nosotros nos sentimos tan españoles como los que más.

–¿Cómo ha afectado a la división española el acuerdo entre Alstom y General Electric?

–El proceso con General Electric sigue en marcha. Es una operación muy grande. Durante el primer semestre del año que viene comenzará el proceso de integración. Hay sociedades de Alstom en España que pasarán a la «joint venture» y otras pasarán a General Electric. Estamos en el proceso de definir dónde quedará cada sociedad.

–¿Descartan nuevos recortes de plantilla tras el acuerdo en la planta de Santa Perpetua (Barcelona)?

–Trabajamos siempre para crecer. Hay oportunidades por delante y estamos trabajando para, si no hay oportunidades, adaptarnos. Pero sobre todo trabajamos para crecer.

–¿Influye en la situación de Alstom el pulso soberanista en Cataluña, donde tienen algunas de sus principales plantas?

–Lo que influye es que ganemos pedidos o que no ganemos pedidos. Estamos concentrados en las nuevas oportunidades. Desde fuera, en la matriz, me preguntan solo por cómo van los proyectos.

–La empresa matriz, por tanto, no está preocupada por ello...

–A mí por lo que me preguntan es por los proyectos. En eso trabajamos, no en otras preocupaciones. Sí es cierto que en Europa se observa a España como un país que ha hecho su tarea en el plano económico, que está creciendo y que somos muy competitivos. Hay un reconocimiento.

–¿Se percibe esa mejora económica desde la empresa matriz?

–Se ha visto un cambio importante en los últimos tres años. Hay un cambio en la actitud inversora del Gobierno y un cambio de tendencia. De no haber oportunidades e inversión relevante hemos pasado a hablar de nuevas líneas de alta velocidad y de compra de trenes, algo que en los ejercicios anteriores era implanteable.

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