Vendée Globe

Armel Le Cléac'h: «Estaba decaído y me dije ‘no puedes perder esta regata»

«En los mares del Sur me apañé bien con la experiencia y las prestaciones del barco, que administré bien»

Les Sables (Francia) Actualizado: Guardar
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Ante una sala casi abarrotada después de su primera comida en tierra tras 74 días navegando en solitario, el francés Armel Le Cleac’h contestaba a las preguntas de la organización y periodistas. Sin rodeos, con emoción y feliz de haber ganado la Vendée Globe, a la que ha dedicado 10 años de su vida. Cansado, pero contento, nos contó su vuelta al mundo.

Alex Thomson no se rindió, ¿le obligó a empujar al máximo?

¡Claro! Alex apretó hasta el final, hasta unas horas antes de la llegada. El descenso del Atlántico fue muy rápido y marcó la diferencia. Tuve que seguir el ritmo diabólico que él mantenía. En los mares del Sur me apañé bien con la experiencia y las prestaciones del barco, que administré bien.

Salí de Cabo de Hornos con dos días de ventaja, pensaba que había logrado un ventaja importante. Desafortunadamente las condiciones en el Atlántico no han sido fáciles para mí. Han favorecido a Alex, que se acercaba poco a poco cada vez y requería estar mentalmente fuerte. Es por esto que me he liberado poco a poco, la presión desde Cabo de Hornos se va relajando. Con Alex ha sido distinto de lo que experimenté con François hace cuatro años.

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Después de la línea de llegada ha besado su barco, que ya está vendido a Louis Burton. Aunque tiene otros proyectos, ¿se le ha encogido un poco el corazón?

Es una gran historia la del Banque Populaire VIII. Todavía recuerdo que hubo cierta decepción cuando terminamos rozando la victoria y mi patrocinador me dijo “nos gustaría volver a intentarlo” y me preguntó si estaría dispuesto, y unas semanas después les dije que sí. Había planes para construir un nuevo barco, con mi equipo, mi "dream team", como yo lo llamo. Es un barco muy versátil, especialmente en las fases de transición, y yo sabía que eran los momentos clave. Yo quería un barco bueno en todos los rumbos, éste me parece el idóneo para hacer una Vendée Globe. Sí, en la llegada estaba orgulloso. Lo digo por mí, por el barco y el equipo. Ha habido muchos momentos duros que hemos superado juntos y la victoria es la guinda del pastel. Tenía ganas de terminar esta historia de la forma más bonita, agradeciendo que el barco no se haya roto. Es completo, eficiente. Me ha satisfecho en el agua. Estoy muy contento, ha dejado su huella en el mar.

¿Cómo se siente físicamente?

En mi primera Vendée Globe llegué agotado. Había perdido 10 kg y administrado mal la comida. Hace cuatro años, estaba físicamente en forma pero decepcionado. Hoy hace cinco o seis días que estoy en “modo Figaro”: dormí poco, mentalmente estaba en baja forma, me obligué y me dije "no puedes perder esta regata”. He luchado hasta el final. He afinado al máximo el más mínimo reglaje. No quería tener nada que lamentar después

¿Qué problemas técnicos ha tenido?

Hay problemas en la Vendée Globe, todos los tenemos y forma parte de la regata. Recuerdo que tenía una entrevista telefónica. Las condiciones eran perfectas. Me iba a poner en la mesa de navegación y escuché un ruido muy fuerte. Y veo el J1 en cubierta… El gancho que sujeta la vela en la perilla del mástil se rompió. En realidad esta vela no pude utilizarla a partir del 13 de diciembre y hasta el final. Era una vela que funciona bien en ceñida, así que fue un poco complicado. Dos días después el equipo me envió un mensaje para decirme que había riesgo de que otros ganchos también se soltaran. Viví con una espada de Damocles sobre la cabeza. Al final resistieron, toco madera. Fue el punto más difícil para nosotros. No he tenido ningún problema por colisiones con algún OFNI, así que aparte de ese problema el resto fue perfecto. Seguro que si no hubiera tenido ese problema habría sido un poco más rápido, pero no vamos a rehacer el juego… ¡He ganado!

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¿Qué balance hace de los foils?

Los foils son una apuesta exitosa lanzada hace tres años con los diseñadores. Al principio éramos escépticos, después creíamos. Con el Banque Populaire fuimos los primeros en intentarlo. Al final se comprobó que funcionaba, el podio lo coparán los foilers por lo que fue era la elección que se debía hacer. Me alegro de haber llegado al final del proceso. Los he gestionado a mi modo. Yo no los llevaba puestos siempre, ya fuera porque el estado del mar no era bueno o porque iba demasiado rápido. No los usé el 100% del recorrido. Cuando hacía falta dar un poco de gas los ponía. Cuando Alex batió el récord de velocidad de 24 horas yo lo llevaba puesto, iba a tope. Al final no batí el record de 24 horas pero tampoco perdí demasiadas millas así que no fue tan mal.

¿Cómo asimila su vuelta a tierra, con los medios de comunicación, sus compromisos…?

Me temo que no lo sé, me tomo las cosas como vienen. Tengo la suerte de estar bien rodeado. No voy a tener mucho descanso en estos momentos, tengo que ir a París. No volveré a Gouesnach inmediatamente. Pero estoy muy satisfecho de lo que va a suceder, es agradable contarlo, compartirlo. Es un proyecto de 10 años, 10 años de mi vida. He competido tres veces en la Vendée Globe y las tres veces las he terminado. Siempre es un placer contar nuestra aventura, nuestra historia. Y no importa nuestro resultado, hace cuatro años también fue interesante ir a París con François (Gabart).

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