Entrevista

Ferrán Muniesa: «Nos aproximamos al número máximo de flotas que podemos manejar»

El director técnico del 52 Trofeo Princesa Sofía Iberostar nos cuenta sus novedades

«Quiero pensar que es una regata que brinda a los equipos la ocasión de juntarse, en todas las clases y durante bastante tiempo, que no es habitual»

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El gerente del Club Náutic S’Arenal, uno de los tres clubes que conforman la organización conjunta del Trofeo Princesa Sofía junto al Real Club Náutico de Palma y el Club Marítimo San Antonio de la Playa, es uno de culpables de que el Sofía esté donde está. Ferrán Muniesa acumula más de dos décadas involucrado en la organización del evento, durante nueve ediciones ejerció como director y este año repite como director técnico, por lo que se puede decir que es una voz autorizada para explicar qué podemos esperar del 52 Trofeo Princesa Sofía Mallorca by Iberostar.

- ¿Qué ha cambiado del Sofía 2022 al Sofía 2023?

“Lo primero es que la pandemia ya ha dejado de influir y se ha disparado la inscripción del continente asiático, que es la que tenía las mayores complicaciones. China vuelve fuerte con representantes en todas las clases, medio centenar de inscritos y más de 30 entrenadores. Otro factor determinante es que este ciclo olímpico es mucho más corto, e implica que en este año preolímpico se junta la presión del segundo y tercer año de un ciclo normal. En la práctica, 2022 fue post olímpico, lo que implica menos presión, cosas que se prueban, materiales que no son definitivos,… y este año todo el mundo va con el cuchillo bien afilado. Hay países que este año ya empiezan a hacer sus regatas de observación para elegir los equipos, y por eso también suben los números. Todo el mundo tiene que estar, y en tres meses se juegan en La Haya el 40% de los puntos. En resumen: en el año olímpico prácticamente ya estará todo decidido, y en este está todo por decidir. Otro cambio muy importante es que salir de la pandemia nos ha permitido recuperar a Iberostar como patrocinador principal. Junto a la prueba holandesa, el Sofía es la única regata que siempre ha tenido un patrocinador privado. Es clave”.

- Cerca de mil barcos y 1.300 regatistas: ¿Han llegado a su techo?

“Creo que estamos muy cerca de la capacidad máxima de aprovechamiento. Económicamente, podríamos decir que estamos aprovechando ‘el estadio’ al 95% de su capacidad, y eso es un buen dato. Debemos ser conscientes de cuáles son esos números máximos, y para eso jugamos con la ayuda de las clases. Este año hemos tenido que ampliar los cupos: en iQFOiL de 120 a 140, en 49er de 90 a 100, en Nacra de 40 a 55. Lo hemos hecho incluyendo a la gente por ranking, para asegurarnos de que no se queda nadie fuera”.

- ¿Podemos hablar de edición histórica?

“Si analizas los números con detenimiento, es una edición similar a la de 2019 pero con las cifras altas que aportan las clases nuevas. Antes tenías cerca de un centenar de 470 masculinos, medio centenar de femeninos y otro centenar de Finn, y en número de regatistas si lo trasladas a los 470 Mixed y a los dos Formula Kite no hay tanta diferencia. Lo que sí se confirma es que es la regata más grande de los últimos años. Y eso nos sitúa al máximo de la capacidad de la bahía de Palma: Son ocho campos de regata que ocupan literalmente toda la bahía, y cada campo tiene doble turno. Nos aproximamos al número máximo de flotas que podemos manejar”.

- ¿Cuáles son sus principales desafíos como organización?

“Para mí son principalmente dos. El primero, el agua: la responsabilidad de la logística del agua y de que si no hacemos todas las pruebas no sea porque nosotros hemos fallado sino porque las condiciones no han sido las más óptimas. Tenemos que ser los más profesionales, dar la máxima calidad en el agua. La evolución de la vela nos ha llevado a tener clases muy rápidas, y eso exige una concentración en el agua mucho más alta que cuando hacíamos regatas de una hora. Si lo haces bien, no te da tiempo ni a comerte el picnic con iQFOiL, Nacra, 49er,… Hace 20 años, los rápidos eran solo los 49er; ahora sólo quedan tres clases clásicas y el resto de embarcaciones son rapidísimas. El segundo desafío es el despliegue en tierra: Si no pudiésemos contar con el uso de las playas o si los ayuntamientos no cedieran espacio para aparcar, sería imposible. Es un reto enorme año tras año: Hablamos de cerca de varios cientos de embarcaciones, la mayoría con sus remolques, furgonetas de apoyo, contenedores,… Tienes que bloquear espacios públicos y la gente no siempre lo entiende, los clubes están repletos. Es un desafío brutal que no podríamos afrontar sin la comprensión de instituciones, usuarios y socios de los clubes”.

- ¿Cómo se consigue unir a tres clubes y trabajar como uno?

“Esa receta es el truco de la salsa del Sofía. Hemos pasado por épocas en las que el Sofía no era igual en todas las áreas: llegamos a ser hasta cinco sedes y no era igual en todas. Desde hace 10-12 años hemos trabajado por unificar el nivel en el agua. Trabajamos mucho previamente en que los recursos del agua y protocolos sean iguales, todos con los mismos objetivos y una única coordinación en el agua. Lo hemos perfeccionado con el tiempo, pero lo resumiría en que la clave es que todos trabajamos con un fin común: que los regatistas sigan sintiéndose como en casa y considerándonos SU regata”.

- ¿Cómo se dirigen ocho áreas de regata?

“Lo primero es que hay que hacerlo con mucho respeto e intentando ponerte en la situación de los demás. Es muy complicado dirigirlo desde tierra y que todo el mundo entienda la importancia de las cosas. Por eso hay dos PROs (Oficiales Principales de Regata), una característica que es única del Sofía. Es algo muy necesario y va muy bien. Por un lado, tenemos un PRO internacional que nos aporta criterios internacionales, visibilidad ante los jefes de equipo, ante las federaciones,… Por otro, uno español que engancha con los locales, conoce la zona… Y es vital el trabajo de dos personas claves y súper importantes que dirigen la regata desde tierra: Lisa Camós y Pepe Cazador. Súper claves. Son el corazón de la regata. Tienen una capacidad de trabajo excepcional, yo diría que son como los jefes de producto y calidad en una empresa. Nos metemos muchas horas currando, intentamos escuchar a todos y ver las cosas que tenemos que mejorar y cambiar. La autocrítica y la capacidad de trabajo son dos herramientas muy poderosas”.

- ¿Qué aprendieron en 2022 sobre las nuevas clases voladoras?

“Mucho. Teníamos mucho respeto, especialmente por iQFOiL y su formato tan particular. Nos implicamos en traer gente de la clase, asegurar que teníamos a la gente que sabía cómo manejar a la clase y a los participantes. Eso es algo que siempre ha hecho el Sofía: apoyarse en las clases para asegurarse de que tenemos el feedback de los regatistas y cómo orquestar que el equipo del agua funcione como quieren. El desafío de los Formula Kite fue más bien en tierra, y el de los Formula Kite en el agua”.

¿Cuál es la posición del Sofía dentro del calendario mundial de clases olímpicas?

Quiero pensar que es una regata que brinda a los equipos la ocasión de juntarse, en todas las clases y durante bastante tiempo, que no es habitual. Las federaciones aprovechan para reunirse, realizar cenas de equipo, vienen los presidentes, los directores técnicos,… El Sofía es una cita importante en su calendario de preparación. Y gracias al trabajo en el agua se ha convertido en una de las más importantes de preparación olímpica. Hay unas condiciones de navegación habitualmente muy buenas, con pocos días límite, es muy difícil que no puedas navegar. Eso, unido al sol, ofrece unas condiciones óptimas en una época del año muy importante. Que haya dos sedes es incómodo para unas cosas y cómodo para otras, pero están unidos por la playa, con un montón de hoteles, restaurantes,… Palma tiene muchísimo que ofrecer a los participantes, y lo agradecen”.

- ¿Qué es lo mejor y lo peor que le ha dicho un regatista?

“Lo peor: no volveremos. Lo mejor: estamos deseando volver”.

- ¿Qué es lo más complicado y lo más gratificante de la dirección técnica del Sofía?

“Tenemos que dar la cara ante los regatistas y entrenadores, y eso es lo mejor y lo peor. Si ellos están contentos, yo también. Lo peor es cuando te informan de un accidente. O ir a dar la cara cuando la hemos fastidiado. Aunque son comprensivos y no te hacen sentir mal, tú sí te sientes mal, porque cuando das lo mejor de ti y fallas resulta muy frustrante”.

- ¿Qué significa la sostenibilidad para el Sofía?

“La sostenibilidad debe ser para todo evento de vela y para todo regatista algo transversal, de arriba abajo y de lado a lado. Si no cuidamos el mar, los océanos, ¿quién lo va a hacer? Encima, en Baleares, la Comunidad Autónoma con más superficie de agua protegida de España. En ese sentido, nosotros, que vivimos del mar, si juntamos Baleares y vela, y la sosteniblidad no es algo transversal, nos estamos equivocando”.

- ¿Qué opina de que el 470 siga compitiendo en el evento 49 años después de su debut junto a clases tan radicales como el Formula Kite?

“Forma parte de la vida. Todo va y viene, y el 470 es y ha sido un barco espectacular que ha aportado muchísimo a la vela, con una calidad técnica innegable. Hace 30 años, los 470 hacían una regata de 1h y 45’ y ahora en 50 minutos. Esa evolución se traslada al material, todo tiene su ciclo. El 470 ha visto reducida su representatividad olímpica de dos medallas a una, pero el haber pasado a formato mixto le aportará mucho protagonismo. Es fantástico que conviva con las clases voladoras. Hablando con tripulantes de los 6 Metros que debutan este año en el Sofía de cruceros y monotipos, me trasladan que es impresionante navegar rodeados de semejante flota de clases tan heterogéneas como los ILCA, 470, iQFOiL o Formula Kite. Reconocen que este es EL sitio para navegar”.

- ¿Qué aporta el Sofía a Mallorca?

“Creo que le lleva aportando 50 años de promoción de la isla, de la náutica y de ser un destino deportivo y turístico top. El camino nos lo enseñó Jaime Enseñat, la primera persona con la visión de combinar turismo y deporte. La gran influencia económica de la náutica en Mallorca no es sólo gracias al Sofía, pero el Sofía fue el primero”.

- ¿Y a sus patrocinadores?

“Valores. El Sofía es la máxima expresión del deporte de la vela. Olimpismo, deporte y respeto por el mar son valores que compartimos con nuestros patrocinadores, especialmente con Iberostar”.

- ¿Qué espera de esta 52 edición?

“Mucho nivel en el agua por parte de los regatistas. Espero que cumplamos nuestra parte y que las pruebas que hagamos sean de la máxima calidad. Completar todo el programa es complicado, no siempre depende de nosotros, pero lo importante es que la gente regrese a tierra contenta, satisfecha y con ganas de más Sofía”.

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