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Cádiz CF 2-0 Villanovense: Huelga a la japonesa de los amarillos

El equipo amarillo despierta en la segunda mitad para vencer al Villanovense y despedirse de Carranza con otro triunfo

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La semana de la huelga de los futbolistas, la de los dimes y diretes con el gobierno y la polémica con los hinchas, ha generado una enorme incertidumbre entre esos aficionados que no contemplan un domingo (o sábado según se precie) sin ver a su equipo.

En Cádiz se temía que los jugadores no solo respaldaran la protesta la próxima jornada, sino que también la secundaran este fin de semana ante la nula emoción en un choque donde nada había que ganar y sí mucho que perder con lesiones y sanciones.

Pero este Cádiz CF hacía la huelga a la japonesa, ese mito que atribuye a los nipones la cualidad de protestar duplicando la producción para hacer caer los precios.

Es decir, trabajando más. En el caso amarillo, que coincide en el color con su espejo, ese país del Sol Naciente, lo hacía marcando y ganando, como si la cosa no fuera con ellos.

La escuadra de Claudio Barragán, que saltaba con Airam y Jona compartiendo once, evidenciaba de nuevo que funciona mejor con un enganche de apellido Machado que con los dos arietes, donde ellos mismos se obstruyen en las inmediaciones del área. De ahí la mejora en la segunda mitad, cuando tras el gol de pizarra de Garrido el técnico de Manises recuperaba esa esencia del mejor Cádiz CF. Luego, Villar ponía la guinda con otro soberano golazo. Si van a la huelga, lo harán con los deberes hechos, como durante toda la campaña.

Claudio continúa con sus probaturas que no experimentos, movimientos que ensaya en competición oficial de cara a la eliminatoria decisiva. Mantendrá la duda del sistema hasta el final, magnífico si es para confundir a extraños y no propios. Tras cerrar el campeonato ante Cartagena y Córdoba B con Machado por detrás del punta, con solvencia y claridad, frente al Villanovense recuperaba a los dos arietes Airam y Jona.

Más pegada, menos fútbol. Sobre todo, sacrificando en el centro a Espinosa para otorgar su lugar a Navarrete. Con Mantecón de carrilero y Fran por la izquierda, el Cádiz CF aburría en un inicio sin emoción por la seguridad del objetivo conquistado. Y porque con estos hombres no genera el mismo juego que si actuaran Juanma y Kike Márquez.

Balones colgados que sobrevolaban el área, con Airam brincando para intentar agarrar alguno de ellos… el tiempo no corría sino que andaba a ritmo de tortuga. El cuadro extremeño, cuarto en la tabla y con aspiraciones de ‘play off’, inyectaba anestesia al choque conformándose con el empate y solo asomando por la banda del rapidísimo Salvi. El sanluqueño se sentía a gusto y motivado en su tierra.

Así adormecía a los locales, en busca de un error de concentración para aprovechar ante Aulestia.

En el bando amarillo, Claudio movía piezas dentro del rectángulo, con Airam apareciendo a veces por la izquierda (donde se siente incomodísimo) y Machado cayendo al centro, con Navarrete uniéndose demasiado a los de arriba y dejando solo a Garrido en la medular. No había conexión, no se lograba el juego asociativo deseado, y el cuadro serón ganaba metros a la par que albergaba esperanzas para consumar la machada.

La estrategia del rival no engañaba a nadie. Frenaba el empuje inicial y domaba a un Cádiz CF superior sobre el papel pero que en cuanto rebaja un ápice su intensidad se convierte en una escuadra vulgar. El tedio se afeaba cuando Josete se marchaba a la ducha antes de tiempo por unas molestias físicas (Arregi tomaba el relevo); a continuación, Mantecón se jugaba la expulsión y el cadismo su lateral derecho tras un golpe a un sobreactuado José Ángel.

El colegiado ofrecía una tregua para que los locales refrescaran ideas. Pero ni por esas. Tenía que ser el mismo Villanovense el que sacara del letargo a un Cádiz CF que a punto no aparecía con un gol en contra. Pero el testarazo del delantero serón no olía red, mientras que el de Garrido se abrazaba a ella con fuerza. Un saque de falta perfectamente ejecutado por Mantecón lo alojaba el mediocentro vasco en las mallas con un gran cabezazo en el segundo palo.

El tanto cambiaba el panorama para los extremeños, que ahora debían correr más riesgos. Claudio retiraba de inmediato a Jona y rescataba el 4-2-3-1, con Kike en la izquierda y Machado al medio, donde gusta y se gusta. El Villanovense apretaba los dientes y se mostraba más agresivo, enseñándole la patita al Cádiz CF.

Kike anda pletórico de confianza y junto a Machado agarraban las riendas del cuadro gaditano para imponer su jerarquía. No obstante, el segundo tanto, el definitivo para tumbar al conjunto serón, se sumaba de nuevo gracias a la estrategia. En la misma zona donde Mantecón servía el primero se lanzaba al mismo lugar; la zaga repelía el centro pero llegaba Villar en el pico del área para empalarla y dejarla lejos del alcance del guardameta. (Aquí el gol). Golazo para pensar con tranquilidad en el play off’ de ascenso.

El líder, el campeón, disipa las críticas con tres victorias consecutivas. No hay mejor forma de hacerlo, porque el duelo de Arroyo, en el diminuto césped artificial de la localidad cacereña, de poco va a servir para un futuro en el que el Cádiz CF, probablemente, se juegue la vida en escenarios de Primera División.

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