Espido Freire, pregonera de la XXX Feria del Libro de Cádiz
Espido Freire, pregonera de la XXX Feria del Libro de Cádiz - antonio vázquez
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Espido Freire y la pasión por los libros prohibidos

La autora vasca ha pregonado la XXX Feria del Libro de Cádiz: «quien no ha leído a escondidas no es un apasionado de la literatura»

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Apenas cinco minutos le han bastado a Espido Freire para resumir 30 años de encuentros con el libro. Y para emplazar a los asistentes a dentro de tres décadas. Con un deseo, que entonces, todos, estos u otros que serán, recuerden el sentimiento transmitido en los momentos compartidos en el Baluarte de la Candelaria. En el inicio de la XXX Feria del Libro de Cádiz.

Un comienzo que la escritora vasca ha firmado con maestría, sencillez y belleza. Un pregón, en su más certero sentido. Un anuncio, un recorrido, un colofón con punto y seguido. Con margen a la imaginación y la reflexión. Así deben ser los discursos, así son los libros. Historias contadas. «Una unión invisible entre autores y lectores atados a través de un idioma».

O través del dibujo, el cómic, que atrapa a los niños, «después a los mayores y también a los mayores que se resignan a no ser más unos niños cuando alcanzan la edad adulta».

El impacto del pregón de Espido Freire en esta edición de la Feria del Libro de Cádiz, dedicada a la novela negra, ha llegado con la misma aparición de la escritora más joven en alzarse con el premio Planeta (a los 25 años con 'Melocotones helados'). Vestida como una diosa del olimpo, se alza y habla. Parece que susurra. Que nos desvela que hay muchas clases de libros: de historia, de arte, los que caen en el olvido... O los que como 'El Quijote', son tesoros por descubrir. Una parodia de las historias de caballerías que tanto gustaban en su época y que «se convirtió en representante de nuestras contradiciones como españoles... De la mano amiga que tira: «No son gigantes, son molinos». Eres tú con tu fuerza y tu ingenio quien tendrá que mover el mundo».

Espido Freire ha recordado que el libro es el mejor formato para contar historias, a pesar o con las nuevas tecnologías. «Nunca se le acabará la batería y es portátil porque se lleva en los corazones». Y ha alentado a educar en la lectura de la misma manera que ella y quienes puedan llamarse apasionados a la literatura aprendieron a quererla. A escondidas. «Aquello que nos ha sido prohibido renace con más fuerza. No hay nada que promueva más al amor que lo prohibido», ha apuntado.

La autora y pregonera de esta Feria del Libro, que ha estado acompañada por el escritor Juan Bolea, además de las autoridades -Teófila Martínez, Cristina Saucedo, Mercedes Colombo y Alejandro Varela-, y el representante de la Federación Andaluza de Libreros, Juan Manuel Fernández, también ha subrayado en su discurso su rol como escritora: «exponer mi punto de vista, encontrar el lazo que nos une a todos, el idioma, los valores compartidos. Lo que es una civilización, una forma de estar en el mundo».

Con el compromiso de la tolerancia de las ideas, pero también de la búsqueda intencionada de belleza. Literatura. Al respecto ha bromeado: «Ahora tenemos que combatir por la gramática, la buena ortografía y la eliminación de los gerundios».

Espido Freire, en cinco minutos, ha inculcado que «leer ordena el pensamiento de otra manera». Porque, sin pensamiento, ¿qué somos? «Sin palabra, ni pensamiento, ni libro, ni historias, nos quedaríamos en nada».

Tras el brillante pregón de la escritora bilbaína, ha quedado inaugurada la Feria del Libro de Cádiz, para la que están previstas más de 80 actividades a lo largo de diez días.

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