Javier Salvago realizando un elogio a las librerías en Céfiro
Javier Salvago realizando un elogio a las librerías en Céfiro - juan flores
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El Día de las Librerías no impide la lenta agonía que vive este gremio en Sevilla

En los últimos años la venta de libros ha bajado en toda España un cuarenta por ciento y las expectativas no son halagüeñas

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El Día de las Librerías ha coincidido este año con el famoso Black Friday. Y aunque en esta fiesta de las letras sólo se haya bajado un cinco por ciento el precio de los libros, son este tipo de medidas las que agradece el gremio de los libreros, sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos años en España las ventas del sector han bajado dramáticamente hasta un cuarenta por ciento. Pese a que las intenciones son buenas, si no se realizan medidas urgentes, las librerías sevillanas no podrán sobrevivir a los efectos tan devastadores que está propiciando la crisis.

Esto último lo ha reconocido el secretario general de la Federación Andaluza de Libreros y director de la Feria del Libro de Sevilla, Javier López, quien además añade otro dato muy alarmante:«En Andalucía la situación se agrava porque aunque tenemos el mismo número de librerías que en Cataluña, la cantidad de librerías por cada 100.000 habitantes es menor, y de las cifras que se desprenden del barómetro de las librerías, en el segundo cuatrimestre de 2014 tenemos la cifra más baja de ventas desde hace muchos años porque nunca se había vendido tan poco, y lo peor es que parece que este último cuatrimestre del año los datos no van a ser positivos».

El propio López ha tenido que cerrar hace menos de un mes su propia librería, Repiso.

El poeta Javier Salvago ha realizado este viernes un elogio a las librerías en uno de los templos de libros más míticos de Sevilla, Céfiro. Esta librería cumplirá el próximo mes de enero sus treinta años de vida, toda una proeza teniendo en cuenta los tiempos tan complicados que corren. Eduardo Baraja, su dueño, se congratula que haya algunas librerías como Céfiro, Reguera, Palas o Yerma que hayan logrado sobrevivir:«Nosotros tenemos el local en propiedad, algo que ha sido clave para que podamos continuar, algo que por desgracia no le pasó a Repiso, que estaban de alquiler».

Las bibliotecas no compran libros a librerías desde hace años

Reconoce también Baraja que «el mes de noviembre está siendo catastrófico. Esto es porque se suman muchos problemas en nuestra contra, y no sólo por la piratería de libros a través de las descargas ilegales, sino también porque las bibliotecas no compran libros de las librerías desde hace años». En ese sentido, asegura que la Infanta Elena «ha podido comprar algo porque ha recibido dinero del Ministerio de Cultura, pero las bibliotecas municipales no reciben nada de dinero y no compran libros desde hace más de cuatro años, por lo que la gente que no puede permitirse comprárselos después se quejan porque no hay novedades en las bibliotecas».

Aunque valora iniciativas como el Día de las Librerías, aclara que «la gente no se acerca más porque se haga un cinco por ciento de descuento, aunque sí se nota un aumento en las ventas en el Día del Libro». Tampoco en Céfiro advierten un especial aumento de ventas a través de internet, «porque ahí sobre todo nos compran gente de fuera de Sevilla, por eso nuestra baza es contar con clientes seguros desde hace treinta años que nos han seguido siendo fieles pese a la crisis». Una de las claves de Céfiro en ese sentido está en ofrecer una extraordinaria selección de libros de historia, que es su especialización. Asimismo, asegura Eduardo Baraja que «los bestseller ya no suponen tantos ingresos, porque antes de Pérez-Reverte vendíamos 50 libros y ahora sólo 5».

Otro de los libreros clásicos de Sevilla es Julio Reguera, dueño de la librería Reguera, que lleva casi cuarenta años de existencia en su local en la calle Almirante Apodaca. Éste aplaude iniciativas como el Día de las Librerías porque «cualquier cosa que tenga repercusión en los medios es buena para nosotros». Además, asegura que en estos años de crisis están capeando el vendaval «fidelizando a la clientela y esforzándonos en tener los libros que se encuentran en otros lados con dificultad, todo ello sin desatender a nuevos clientes».

También este librero denuncia que las administraciones hayan «recortado exageradamente su presupuesto y que estén comprando tan pocos libros. Todo ello crea una cadena de factores que producen una tormenta perfecta». En este sentido, comenta que la Junta de Andalucía «está proyectando una imagen de gratuidad de los libros y se ha eliminado la prescripción de lecturas para los cursos de Secundaria y de Primaria, dejándose sólo lecturas para Bachillerato». Asimismo, critica que los cuadernos de ejercicios que antes se vendían en asignaturas como Inglés o Matemáticas ya no sean obligatorios. «También es un desastre que los alumnos universitarios tampoco compren manuales». 

En otro sentido, Julio Reguera se lamenta que «las librerías ya no va a ser un oficio hereditario, porque en Madrid y Barcelona han cerrado librerías después de ochenta años de existencia y de tres generaciones ocupándose de ellas». Eso hará que la figura del librero que aconseja al lector esté en vías de extinción en aras de las grandes superficies.

Por último, el portavoz socialista Juan Espadas, que este viernes ha visitado por la mañana la librería Céfiro, planteó la importancia de «poner en marcha campañas de promoción desde el Ayuntamiento que sirvan para incentivar la adquisición de libros como para fomentar la lectura especialmente entre los más jóvenes».

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