Contundente respuesta del Prado defendiendo la autoría de tres de sus seis Boscos

Al presidente del Patronato del Prado, José Pedro Pérez-Llorca, que con su labia gaditana no suele quedarse sin palabras, ayer le faltaban los adjetivos para calificar la exposición: magnífica, excelente... Para Miguel Falomir, «era una obligación. No solo es magnífica, sino necesaria. Se han hecho otras, pero ésta es “la” exposición del Bosco. Y solo el Prado podía hacerla». Pintor favorito de Felipe II, Pilar Silva subraya su originalidad y capacidad de invención, tanto técnica como iconográfica: «Es más que un pintor de demonios; es un paisajista y un dibujante maravilloso. Dibuja como un pintor y pinta como un dibujante».

El pasado 31 de diciembre ABC adelantó que un comité holandés, el Bosch Research and Conservation Project, había retirado la atribución a tres de las seis obras del pintor que atesora el Prado: la «Mesa de los Pecados Capitales», «La extracción de la piedra de la locura» y «Las tentaciones de san Antonio Abad».

Lo hizo con nocturnidad y alevosía, sin contar con los estudios del museo español, en los que es pionero y lleva haciendo sistemáticamente. Y con argumentos que, en su día, Pilar Silva comentaba a ABC que eran «de risa». Algunos tan peregrinos como una oreja o la risa de un diablillo. Tras las desafortunadas declaraciones a la prensa por parte de algunos miembros del comité, el Prado se vio forzado a emitir un comunicado explicando las razones por las que no prestó las dos últimas obras para la muestra en Holanda. Pese a ello, las mantuvieron en el catálogo, con la autoría retirada.

Sobre la «Mesa de los Pecados Capitales» se afirma que «las características del dibujo subyacente, con su variedad de trazos, así como la forma en que está trabajada la superficie pictórica son similares a las obras de la última etapa del Bosco. La originalísima concepción de la composición no podría deberse a ningún discípulo sin nombre».

Sobre «La extracción de la piedra de la locura» se argumenta que es el prototipo original del Bosco y no una copia del original perdido, como afirma el comité holandés. Tanto la libertad en el paisaje como los arrepentimientos son característicos del Bosco.

En cuanto a «Las tentaciones de san Antonio Abad», no se oculta que la obra fue manipulada, pasando la composición en el siglo XIX del formato de medio punto a rectangular (se ha ocultado ese añadido con un marco). Y tampoco que hacia 1530-40 se restauraron los daños en la figura del santo y en el fondo, con repintes y añadiendo unas hojas que no son originales. Pero afirma el Prado que la técnica es similar a la de sus obras y que la pintó en la última etapa de su carrera.