Black Lives Matter: las tres palabras que han sacudido el mundo del arte

La muerte de George Floyd a manos de la policía en Mineápolis pone en jaque a museos, agencias, publicaciones..., que llevan a cabo planes antirracistas

Detalle de una obra de Anton Domenico Gabbiani, dentro del programa «Presencia negra» en los Uffizi GALERÍA DE LOS UFFIZI, FLORENCIA

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El mundo se estremeció el pasado 25 de mayo, cuando, durante unos interminables ocho minutos y cuarenta y seis segundos de agonía, un policía de Mineápolis asfixiaba con su rodilla a George Floyd , mientras éste imploraba que no podía respirar. Su muerte desató en todo el planeta una ola de protestas contra el racismo. Y, aunque el movimiento Black Lives Matter (las vidas negras importan) nació en 2013, ha resucitado con fuerza inusitada tras la muerte de Floyd, poniendo en jaque a toda la sociedad, incluyendo, cómo no, el mundo del arte, que ha sufrido una convulsión.

Fachada del Museo Guggenheim de Nueva York

Las respuestas de artistas, museos, agencias, publicaciones... se han sucedido en cadena. Así, 22 de los 23 conservadores del Guggenheim de Nueva York enviaron una carta a los responsables del museo exigiendo medidas para combatir «un ambiente de trabajo que permite el racismo, la supremacía blanca y otras prácticas discriminatorias». En 2019 Chaédria LaBouvier fue la primera mujer negra que comisarió una exposición individual en el Guggenheim. Escribió en Twitter: «Fue la experiencia profesional más racista de mi vida».

Max Hollein, director del Metropolitan Museum de Nueva York EILEEN TRAVELL

Documentos similares corrían como la pólvora por otros destacados museos de Nueva York, como el MoMA, el Whitney o el Metropolitan . Como respuesta a la creciente presión interna, este último ha lanzado un plan antirracismo y de compromiso con la diversidad. Su director, Max Hollein , y su presidente, Daniel H. Weiss , se comprometen a poner en marcha una «institución más abierta, acogedora y equitativa». El nuevo plan del Met incluye la revisión de los contratos, la supervisión de la colección y el programa de exposiciones. Se creará un fondo de entre 3 y 5 millones de dólares «para apoyar iniciativas, exposiciones y adquisiciones sobre diversas historias del arte». El plan se diseñó tras las denuncias de que el museo había sido silenciado los prejuicios raciales, sexuales y de género.

Gary Garrels, conservador jefe del Museo de Arte Moderno de San Francisco ABC

En el caso del Museo de Arte Moderno de San Francisco , el Black Lives Matter ya se ha cobrado cinco víctimas . Una de ellas es Gary Garrels , conservador jefe de la pinacoteca, que ha dimitido tras la polémica por unos comentarios que hizo, tras la presentación sobre nuevas adquisiciones de obras de artistas negros: «Seguiremos coleccionando obras de artistas blancos», pues de lo contrario sería «una discriminación inversa ». Un grupo de ex empleados del museo exigió su renuncia por sus «tóxicas creencias supremacistas blancas». Garrels pidió disculpas: «Me di cuenta cuando usé el término “discriminación inversa” que resulta ofensivo. Lamento mucho lo perturbadoras que fueron estas palabras para muchos». Pero quiso explicar sus palabras: «No creo haber dicho nunca que es importante coleccionar el arte de los hombres blancos. He dicho que es importante que no excluyamos el arte de los hombres blancos». Su marcha será efectiva el próximo día 31. Es el quinto alto cargo del museo que cesa en un mes. El museo ha anunciado un plan que fomente la diversidad.

«I See Red: Target» (1992), de Jaune Quick-to-See Smith NATIONAL GALLERY, WASHINGTON

Al igual que ocurrió con otros movimientos sociales globales como el #MeToo , las justas reivindicaciones por los derechos sociales han derivado, en muchos casos, en una ola de intolencia, nueva censura, corrección política y caza de brujas, tratando de imponer el pensamiento único y negando el derecho a discrepar, lo que ha provocado la indignación de gente como los 150 intelectuales de prestigio que firmaron una carta enviada a la revista «Harper’s». A los derribos de estatuas, se sucedieron vetos a películas («Lo que el viento se llevó»), a actores (John Wayne), a escritores (JK Rowling)... Y esto no ha hecho más que empezar. Seguimos en Estados Unidos. La señera National Gallery de Washington ha adquirido por primera vez en sus casi 80 años de historia una pintura de un artista nativo americano: «I See Red: Target» (1992), de Jaune Quick-to-See Smith . Nacido en la Reserva Flathead de Montana en 1940, es miembro de las Tribus Confederadas Salish y Kootenai. «Para servir a la nación en su sentido más amplio, tenemos que atraer y reflejar su diversidad», advierte la directora del museo, Kaywin Feldman , al «Washington Post». Otra de las grandes instituciones de la capital norteamericana es el Smithsonian , cuyo Museo Nacional de Arte Africano ha sido acusado de racismo, acoso y comentarios degradantes hacia el personal negro por parte de importantes cargos del museo, como su subdirectora, Christine Mullen Kreamer .

Detalle de «La Adoración de los Magos», de Durero GALERÍA DE LOS UFFIZI

Críticas y denuncias que se han extendido a museos europeos, como el Stedelijk de Ámsterdam o la Galería de los Uffizi, en Florencia , por citar solo dos ejemplos. El primero se ha propuesto descolonizar el museo. Entona el «mea culpa» y reconoce que los artistas negros y no occidentales han sido sistemáticamente excluidos e ignorados y se propone corregir «este doloroso desequilibrio histórico y la falta de diversidad reflejada tantro en la colección permanente como en sus exposiciones». De momento, se aumentará el presupuesto de adquisición de obras de artistas negros y no occidentales, que tendrán mayor visibilidad. El primer paso fue el encargo de una obra sobre el Black Lives Matter a la artista Farida Sedoc . Por su parte, el museo florentino ha puesto en marcha el proyecto «Black Presence» (Presencia negra) para resaltar los personajes negros en su colección de artistas como Durero, Cristofano dell’Altissimo y Piero di Cosimo.

La activista Jen Reid posa con la estatua que le ha dedicado Marc Quinn en Bristol REUTERS

Pero, si hablamos de artistas contemporáneos, dos destacados nombres han sido protagonistas estos días por sus palabras y sus acciones. Por un lado, el escultor británico Marc Quinn realizó una estatua que representa a una activista negra con el puño alzado, Jen Reid , vecina de Bristol, y que sustituyó en la ciudad inglesa a la de Edward Colston , comerciante de esclavos del siglo XVII, derribada en junio. Pero, tan solo un día después, la obra de Quinn fue retirada al haber sido instalada sin autorización del Ayuntamiento.

Anish Kapoor, junto a una de las obras que expone en Houghton Hall REUTERS

Sin salir del Reino Unido, esta vez en Houghton Hall, otro célebre artista británico, Anish Kapoor , inauguró recientemente una exposición con 24 esculturas. En un artículo publicado en Artnet, Kapoor hace una durísima crítica a los museos. Especialmente, al MoMA de Nueva York, que «dedica una sala propia al gran artista hombre blanco Richard Serra », mientras exhibe «arte del mundo, a artistas de aquí, de allá y de todos lados usados como excusa, artistas representados como pequeñas joyas que se encuentran en los mercados callejeros, exhibidos como trofeos uno encima del otro».

Insta Kapoor a los museos a que dejen de encasillar a los artistas no occidentales, que son «tokenizados» por ellos: «A la luz de Black Lives Matter, no permitiremos que los fanáticos neocoloniales de mente pequeña determinen nuestra individualidad creativa en términos de nuestros lugares de origen, el color de nuestra piel o nuestro género». Detesta el artista que relacionen su origen indio con su trabajo.

Portada de «Vanity Fair», con Viola Davis retratada por Dario Calmese ABC

Por primera vez en su historia, la revista «Vanity Fair» publica en portada una imagen tomada por un fotógrafo negro, Dario Calmese . La protagoniza la actriz negra Viola Davis y este titular: «Toda mi vida ha sido una protesta».

Toda una declaración de intenciones de esta gran activista en la defensa de la igualdad de los derechos de los actores negros en Hollywood, una de las protagonistas de la celebrada película «Criadas y señoras», junto a nombres como Emma Stone, Viola Davis, Bryce Dallas Howard, Sissy Spacek, Octavia Spencer y Jessica Chastain, entre otros y dirigida por Tate Taylor. La portada de «Vanity Fair» evoca los retratos de esclavos tomados por Louis Agassiz en el siglo XIX: eran fotografiados mostrando las cicatrices de los latigazos en su espalda.

Khalik Allah, nuevo miembro de Magnum ABC

Otra mítica institución, la agencia Magnum –creada por Robert Capa y Henri Cartier-Bresson, entre otros– se suma al espíritu del Black Lives Matter. En su asamblea general, celebrada on line a finales de junio, se eligió a sus cinco nuevos miembros: tres estadounidenses negros (Khalik Allah, Colby Deal y Hannah Price), un mexicano (Yael Martínez) y una turca (Sabiha Çimen). Además, una mujer, Olivia Arthur , la presidirá por primera vez. Y Sohrab Hura es el primer miembro indio de Magnum. Estos cambios se producen tras las críticas a la agencia por su falta de diversidad.

El mundo del arte, en fin, se suma a un imparable Black Power y alza el puño en defensa de los derechos de los negros, siguiendo aquel mítico gesto de los atletas Tommie Smith y John Carlos en los Juegos Olímpicos de México de 1968.

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