Luis Conde presentó su libreo en Washington
Luis Conde presentó su libreo en Washington - ABC

Luis Conde: «La gente que sale fuera a trabajar es un activo para España»

El cazatalentos Presentó ayer en Georgetown su libro «La fórmula del talento y Malher», en el que trata de demostrar que no hay reto imposible

CORRESPONSAL EN WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Luis Conde es un hombre de éxito y se dispone a contarlo. Con 20.000 entrevistas a aspirantes acumulados en el disco duro de su memoria profesional, uno de los cazatalentos más admirados ha empezado a transmitir su experiencia. Triunfos, pero también fracasos, «que son buenos porque te hacen evolucionar», esgrime con singular pasión.

En la fábrica de promesas de Washington, la Universidad de Georgetown, presentó ayer «La fórmula del talento y Mahler». Quiere demostrar con su primer libro que no hay reto insuperable. Y plantea esta fórmula: Talento=(conocimiento+valores) x actitud. Una aparente frialdad matemática que nada tiene que ver con el entusiasmo que pone a cada palabra. El que le llevó a cruzar el Atlántico en un velero, a fabricar vinos de alta calidad y a dirigir la segunda sinfonía de Mahler con una orquesta en el Liceo de Barcelona.

No tenía conocimientos, pero «todo es posible con actitud y con valores». Y con su capacidad de convicción…

—¿Qué habría pasado si algo hubiera fallado en mitad de aquél concierto?

—Cuando uno lo trabaja mucho, mucho, y lo lleva bien aprendido, no piensa en que puede salir mal. Pero, es verdad, también tenía mi plan B: hubiera parado la orquesta y habría hecho un discurso sobre la importancia de intentarlo aunque se pueda fracasar.

—Su libro desprende entusiasmo y optimismo. El problema del optimismo ante la vida es que no todo el mundo lo tiene.

—Yo creo que hay sistemas de coaching, puedes ayudar a la gente a ser más optimista. Existen sistemas para aprender que si enfocas las cosas de una forma más optimista todo va mejor. Como decía el Nobel de Economía Kahneman, los optimistas nos equivocamos más veces, pero nos va mejor.

—¿Cree que la música es una de las grandes marginadas en la educación española?

—Comprender el mundo bajo el arte y la creatividad educa tu sensibilidad y despierta tu mente. Todos tenemos una creatividad artística dentro de nosotros, y lo que hay que hacer es exteriorizarla. ¿Qué pasa? Que en España no nos educan a trabajar ni a descubrir esta creatividad artística. Si tu quieres pintar, exteriorízalo. En España, si te pones a pintar un cuadro, tienes detrás a dos tíos que te dicen: «Qué porquería de cuadro». ¿Y qué? No pasa nada. Por eso me dije: «Si yo quiero dirigir una orquesta, ¿por qué no lo voy hacer?». Pero no es una cuestión de osadía; osadía sería decir que yo soy director de orquesta.

El revulsivo del fracaso

—¿Qué se puede hacer para que en España el que fracasa no sea visto como un fracasado?

—A mí el fracaso me sirvió en mi vida para aprender a comunicar. Cuando tenía 16 años, en el colegio, tenía que hacer un discurso, y me quedé en blanco a la mitad. Delante de los compañeros. Y me dije: «Esto no me vuelve a pasar en mi vida». Fue lo mejor que me pudo pasar.

—¿Por qué el esfuerzo y el sacrificio son ahora menos valorados que antes?

—Yo creo que cuando las cosas van bien, la barrera de entrada al mundo laboral es más baja. Todo el mundo sirve para todo. Es curioso pero baja la calidad y sube el precio. Me refiero al salario… Y cuando van mal, la barrera de entrada es mucho más selectiva. Ya no todo el mundo vale para todo. Entonces, sube la calidad y baja el precio.

—O sea, que la crisis va a servir para elevar la calidad de nuestros directivos…

—Claro, ahora vuelven los buenos. Incluso, antes era mucho más difícil encontrar uno bueno parado, porque todo el mundo se colocaba. Cuando todo va bien, empiezas a aburguesarte. Ahora, en cambio, muchos tienen que salir fuera. Y eso está muy bien. Es un error decir que se está descapitalizando España. Al revés, es un activo nacional la gente que sale fuera. Vuelve con mucha más fuerza a su país.

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