Pan y circo
Vaya caritas se nos ha quedado
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Pues eso, que vaya caritas que se nos ha quedado a todos tras el paso de una jornada que nos ha entregado las llaves de una cueva en la que ha entrado el cadismo tras su derrota en San Sebastián, donde no ha ganado nunca el equipo amarillo.
Pistan bastos y con razón. Al once amarillo le restan dos encuentros en los que, los más pesimistas dicen que habría que sumar los seis puntos. ¡Seis puntos, chato. Seis! El primero ante el Real Madrid, que ayer se deshacía fácilmente del Levante para mandarlo a Segunda y el siguiente ante el Alavés, al que aún le queda vida y más que podría tener la semana que viene de ganar al conjunto granota. Porque esa es otra. La sensación es que, a pesar de que es el Cádiz el que en mejores condiciones ha llegado a esta recta final de Liga, son sus rivales directos los que están sumando puntos casi que sin querer. Bien por la inutilidad de sus adversarios (Athletic o Sevilla, por ejemplo) o bien por esas decisiones arbitrales que siempre están remando en contra de los intereses gaditanos . El caso es que al conjunto gaditano parece que le ha mirado un tuerto porque no recibe ayudas de nadie. Indirectas o directas. Nada, de nadie. Ni del Atlético, que le regaló seis puntos, seis, al Mallorca. Cómo duele eso, joe.
Visto está que el Cádiz sabe que debe únicamente agarrarse a su juego como único clavo al que echarle manos a diferencia de sus rivales, a los que no se cansan de apuntalarles clavos para que vayan escalando posiciones hasta llegar a coger al once de Sergio.
Sería una clara injusticia que este Cádiz bajase por todo lo que ha conseguido, y con justicia, desde la llegada de Sergio, que ayer, tiró de psicología para levantar cuanto antes la moral de un vestuario que pese a los mazazos morales que jha recibido este año ha llegado de pie a estos dos últimos partidos.
Queda el Madrid, que jugará con los suplentes este domingo sin dejar de ser el Madrid. El guion dice que el Mallorca volverá a aprovecharse de las circunstancias y, sin fútbol de por medio, ganará a un Rayo que ya ayer jugó con las chanclas puestas en Villarreal. Al Cádiz le queda confiar en sí mismo. Y sí, hay motivos para hacerlo pese a la cara de tontos con que nos acostamos en la noche de ayer.
