Cádiz CF

La evolución del Cádiz CF: de casi bajar a Tercera a tocar el sueño de Primera

La entidad ha crecido de tal manera en los últimos años que el ascenso a Primera supone la consolidación del proyecto cadista

Rubén López

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Como si de darle la vuelta a un calcetín se tratase, a este Cádiz CF le han dado un giro de 180 grados. De un club que estaba con una deuda insoportable, hundido en Segunda B y cerca de terminar de llegar a los infiernos de Tercera División, a una entidad que mira con optimismo a un futuro llamado Primera División.

No hay que echar la mirada demasiado lejos cuando hace apenas siete años el Cádiz CF se salvaba en una tarde de primavera en El Palmar de Sanlúcar de Barrameda. El equipo cadista tenía que ganar a un solvente Sanluqueño para salvar los muebles de la categoría de bronce y no caer en un pozo que podría haber iniciado el camino de una desaparición del club gaditano.

Por fortuna y otras historias que ya no vienen al caso, el Cádiz CF finalmente logró salvar los muebles y quedarse en una Segunda B que se ha convertido durante las últimas décadas en el lastre de un club que abandonó el fútbol profesional antes de aquella tarde de Sanlúcar lastrado por deudas y en pleno proceso concursal.

De la nefasta gestión de los italianos de Sinergy, que casi hunden al club, el Cádiz CF cambió de manos con la llegada de Locos por el Balón. Un aterrizaje casi forzoso por la situación de la entidad y que con los años ha traído cola judicialmente pero que a la postre ha sido la auténtica y única salvación del Cádiz CF. Porque es así, Manolo Vizcaíno y Quique Pina, que llegaron de la mano, consiguieron reflotar al club poco a poco. El murciano quedó a un lado cuando la justicia llamó a su puerta, y con el sevillano al frente el Cádiz CF ha tocado ahora la gloria.

Cervera, Vizcaíno y un proyecto ganador

Serán muchos los aspectos a tener en cuenta en este resurgir del Cádiz CF. El primero de ello, que no quepa duda, será el deportivo porque al final esto es una empresa que depende de que un balón entre, y si este, por muy bien que se hagan las cosas, no logra entrar los beneficios no llegan.

El Cádiz CF llegó a acumular más de once millones de deuda en pleno proceso concursal, con unos adminstradores que tuvieron que quitarle la gestión a Sinergy viendo que el enfermo se moría. Desde entonces, la entidad apenas tiene deberes económicos en ese sentido, gracias a su consolidación en el fútbol profesional.

La llegada de Álvaro Cervera al banquillo amarillo en 2016 lo cambió todo. El ascenso cadista en Alicante fue el principio de un proyecto ganador que ha estado cuatro temporadas consecutivas en Segunda en la zona alta de la tabla, con lo que ello supone económicamente y emprearialmente. Y es que en todo este tiempo, el Cádiz CF no ha dejado de crecer. Lo ha hecho en patrimonio, marca, imagen social, capacidad económica y proyección.

El balón ha entrado, mucho más que eso. Los resultados deportivos han llegado acompañados de una gestión eficiente, más allá de los asuntos judiciales dentro de los máximos accionistas, la gestión del Cádiz CF ha acompañado a una trayectoria deportiva siempre ascendente y que ha alcanzado el mayor reto, jugar en Primera División.

Manolo Vizcaíno ha sabido crear un club con el entrenador como referente y una familia en torno al técnico y al propio presidente. Se podrá estar más o menos de acuerdo en muchas de sus decisiones, pero este Cádiz CF es a día de hoy un club solvente y con mucho futuro.

El futuro

Jugar en Primera División va a suponer unos ingresos económicos impensables para un club como el Cádiz CF hace unos años. Unos beneficios que le van a permitir expandirse de muchas maneras. Desde ampliar sus propias infraestructuras, como El Rosal, a generar patrimonio ya sea con la cantera o con el primer equipo. La imagen del Cádiz CF se va a desarrollar de tal forma que ningún club de Segunda podría aspirar a que su escudo se viera por ejemplo en países de Asia.

El reto del Cádiz CF va a ser ahora convertirse en un equipo de Primera y para ello debe saborear la máxima categoría más de una temporada. El objetivo amarillo será dejar de ser un recién ascendido para llegar a ser un equipo hecho y derecho de la élite. Sin olvidar nunca la humildad y la pelea que se han convertido en el ADN de este club.

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