ANDALUCÍA

La utopía que casi derriba al bipartito

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Lo que ha hecho tambalear la coalición entre PSOE e IU, el Gobierno que se presentó así mismo hace dos años como un laboratorio de izquierdas, como otra forma posible de luchar contra la crisis frente a los gobiernos de la derecha de Madrid y la mayoría de comunidades, tiene un nombre significativo: la Corrala Utopía. Con este nombre se autodenominaron hace dos años un grupo de familias de Sevilla que se quedaron sin vivienda en plena crisis de desahucios. Al principio eran 36 familias que en mayo de 2012 decidieron ocupar un bloque de pisos vacíos propiedad de Ibercaja en una zona próxima al centro de Sevilla. Desde entonces se convirtieron en símbolo de la lucha que a nivel nacional varios colectivos protagonizaban contra los desahucios y contra los bancos que los permitían. No eran familias desarraigadas o jóvenes antisistema. Entre ellas hay profesionales con carreras universitarias, con hijos y personas enfermas.

La Corrala Utopía nació al mismo tiempo que se fraguó el pacto de gobierno entre PSOE e Izquierda Unida. Desde el principio esta formación se solidarizó con los okupas de Sevilla. Incluso a varios de los okupas se les identifica como simpatizantes del ala más dura de la formación izquierdista. Polémica fue la visita que la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, hizo a la corrala meses después de su constitución.

Durante este tiempo muchas personas han salido y otras han entrado. Sin agua y sin luz, algunas han aguantado los dos años. Los servicios sociales del Ayuntamiento de Sevilla (cuyo alcalde, Juan Ignacio Zoido, era también presidente regional del PP-A) hicieron informes sobre las condiciones de las familias, pero solo una de ellas reunió suficientes requisitos para saltarse la larga lista de espera para ocupar una vivienda pública. Hay 12.000 personas en espera de una de ellas en Sevilla.

Tanto la consejera Elena Cortés como su secretaria general de Vivienda, Amanda Meyer, hija del candidato de IU en las euroepas, Willy Meyer, se implicaron en buscar una solución a los okupas de la Utopía. Pero no han sido los únicos. Tanto el anterior defensor del Pueblo, José Chamizo, como el actual, Jesús Maeztu, también mediaron.

Hubo negociaciones con Ibercaja que parecía que iban a dar frutos, pero la sentencia de un juez de instrucción decretando el desalojo el pasado domingo dio al traste con todas las expectativas de una salida negociada. En este momento solo eran 22 familias las ocupantes. Acampados frente al Ayuntamiento de Sevilla desde el domingo reclamaban un techo bajo el que cobijarse. Parecía que el alcalde de Sevilla y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, iban a anunciar una solución tras el encuentro que tuvieron ayer en San Telmo, pero IU se adelantó. Y se armó la bronca.