Zanja abierta por sorpresa entre el astillero de Puerto Real y la autovía. :: ANTONIO VÁZQUEZ
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Tráfico y Carreteras autorizaron la zanja 'antisabotajes' del puente

La obra en un aliviadero de aguas pluviales separa el astillero de Puerto Real de la autovía, lo que impide a la plantilla acceder a la calzada

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los trabajadores del astillero de Puerto Real lo tienen más difícil a partir de ahora para acceder al puente Carranza. Hasta la fecha, la plantilla de Navantia aprovechaba un relleno de tierra entre la factoría y la calzada para sortear un cauce de aguas pluviales que separa ambos extremos. De esta forma, los trabajadores ocupaban sin ningún problema el principal acceso a la Bahía y, en algunas ocasiones, provocaban daños en el cableado del carril reversible.

La sorpresa llegó el pasado jueves cuando decidieron en asamblea salir a protestar al exterior de la factoría en demanda de carga de trabajo, como lo habían hecho en otras ocasiones. Fue entonces cuando la plantilla se encontró con una gran zanja abierta en el cauce que, por un lado, permite el curso del agua y, por otro, salva la caseta en la que se encuentra recogida toda la logística que da servicio al puente Carranza.

Este periódico ha podido saber que la apertura de la zanja se ha hecho recientemente aprovechando para ello la maquinaria que se encuentra rematando el nudo del Río San Pedro. Se trata de una acción orquestada por la Jefatura Provincial de Tráfico y la Demarcación de Carreteras y autorizada por la Subdelegación de Gobierno en Cádiz. No hay que olvidar que el suelo sobre el que se ha actuado es de propiedad del Estado.

Los trabajadores de Navantia, lejos de darse por vencido, sortearon el pasado jueves la zanja colocando una plancha metálica, pero las dificultades para pasar por ella abortaron la ocupación de la autovía. Solo un grupo de ellos cruzó la zanja y colocó una pancarta reclamando nuevos contratos para el sector naval. La Subdelegación de Gobierno denunció el pasado mes que la reparación de los daños ocasionados por los trabajadores de Navantia durante sus protestas habían costado 311.000 euros.