ESPAÑA

Las primeras pruebas documentales contra la infanta

Dos mensajes muestran que el duque recurrió a la influencia de su esposa en La Caixa para lograr el favor del banco

MADRID. Actualizado: Guardar
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La Fiscalía Anticorrupción y la acusación popular insistían hasta el domingo, antes de leer las 138 páginas de correos aportadas por Diego Torres, de que las pruebas contra Cristina de Borbón seguían siendo inconsistentes. La Fiscalía y Manos Limpias alegaban hasta el pasado fin de semana que no se puede citar a la hija del Rey en los juzgados de Palma solo con el testimonio del exsocio de que la infanta estaba al tanto de todo y que el puesto que ocupaba en el instituto Nóos llevaba aparejado, según Torres, un nivel de decisión en la institución como el resto de directivos.

La Fiscalía alegaba hasta ahora con firmeza que en el sumario no había pruebas documentales que prueben que la infanta Cristina hacía gestiones en el entramado bajo investigación. Sin embargo, la última tacada de correos de Torres incluye dos que apuntarían a que la infanta sí que intervino en los negocios de su marido.

Ambos correos están datados el 26 de julio de 2007. En esa época, Urdangarin ya había abandonado, al menos sobre el papel, el instituto Nóos, y estaba en el proceso de poner en marcha, con la colaboración del enviado del Rey, José Manuel Romero, conde de Fontao, la sucedánea de este última, la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (Fdcis). Urdangarin, a la vista de esos correos, pide ayuda a su esposa para obtener algún favor de La Caixa, donde trabaja la hija menor de los reyes.

«Reenviar a mi mujer»

Esa mañana, el duque de Palma, desde su despacho en Telefónica, empresa para la que ya trabajaba, escribe a su hombre de confianza en Fdcis y director de comunicación de la fundación, Mario Sorribas, para mover unas gestiones con la infanta a través de la secretaria del duque, Julita Cuquerella: «Envíale si quieres la nueva carta a Julita para que la reenvíe a mi mujer».

Esa misma tarde Sorribas, imputado en este proceso y además apoderado de la inmobiliaria Aizoon, propiedad del matrimonio Urdangarin-Borbón, escribe a Cuquerella: «Te envío adjunta a este mensaje una carta que está esperando la infanta. Creo que ahora está planteada de un modo más adecuado y espero que facilite enormemente el contacto con la Fundación La Caixa para una investigación que estamos llevando a cabo».

El resultado de esas gestiones de Cristina de Borbón en la empresa en la que todavía trabaja a favor de su marido se desconoce. No obstante, esta es la primera prueba documental de que la infanta no solo no era ajena a los negocios de Urdangarin, sino que pudo intermediar en alguno de ellos.

Hasta ahora, el único documento que hacía mención explícita, pero vaga, a las gestiones de Cristina de Borbón se refería a que pudo echar alguna mano a Urdangarin y Diego Torres en la puesta en marcha del proyecto náutico 'Ayre', aunque sin mayores precisiones.