Economia

La factura energética impide a España alcanzar el superávit comercial

El saldo entre el valor de las importaciones y las exportaciones hasta el mes de octubre es un déficit de 28.056,4 millones de euros

MADRID. Actualizado: Guardar
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La dependencia energética respecto del resto del mundo es el principal factor que impide a España alcanzar superávit comercial con el resto del mundo. Los últimos datos de la balanza comercial, presentados ayer por el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, constatan que entre enero y octubre de 2012, y en un contexto de caída del consumo por la recesión, las compras al exterior de productos energéticos (sobre todo de petróleo y gas) crecieron un 14,8% interanual.

Ese incremento, azuzado también por el alza de los precios del crudo, disparó un 17,4% el déficit energético de la economía española respecto del mismo período del año anterior. Hasta octubre, España destinó 52.379,8 millones de euros a comprar productos energéticos. Y el peso de esa factura es muy grande sobre el conjunto de la balanza comercial. Uno de cada cuatro euros que España dedica a importaciones (el 24,6% del total) se destinó en lo que va de año a compras de energía.

García-Legaz resaltó que, si se descuenta el peso de la energía, la cuenta sería mucho más favorable para la economía española. El superávit no energético, recalcó el secretario de Estado de Comercio, sigue creciendo y alcanza ya el máximo histórico de 10.777 millones de euros en el período de enero a octubre. Un buen resultado si se compara con el déficit de 6.041,3 millones que arrastraba en 2011 a misma fecha. «Es el mejor dato desde 1981», subrayó.

Pero por desgracia, igual que una familia no puede descontar de su cuenta de gastos la hipoteca o el desembolso que supone llenar el depósito de gasolina, España tampoco puede obviar el coste que acarrea la necesidad de importar energía del exterior para mantener en marcha su agricultura, su pesca, su industria y sus servicios. De ahí que la balanza comercial hasta el mes de octubre siga siendo deficitaria. No obstante, hay que reconocer que existen avances.

El déficit comercial se reduce hasta octubre un 28,3% interanual y se sitúa en 28.056,4 millones de euros, frente a los 39.114,9 millones de un año antes. Las exportaciones de mercancías alcanzan un total de 185.105 millones (un 4,2% más), siendo los principales sectores exportadores los bienes de equipo, alimentos, productos químicos, automóviles y semimanufacturas.

Cae la importación

Por el contrario, las importaciones siguen en bajada (1,6%, hasta 213.161 millones) y si no caen más es por la obligación de importar energía, pues el hundimiento del consumo interno ha recortado un 9,4% las compras al exterior de manufacturas. Las de bienes de consumo duradero (electrodomésticos, muebles...) han caído un 13,2%; las de automóviles un 13,9% y las de bienes de equipo un 8,6%.

Por áreas geográficas, el saldo comercial con la UE es un superávit de 9.331 millones de euros, más del triple del registrado el año anterior. Con la zona euro el superávit comercial alcanza los 5.884,2 millones, frente a los 818,5 millones de hace un año. España registra también saldos favorables con algunos de sus principales socios comerciales como Francia, Reino Unido, Portugal, Italia y Polonia. El saldo con Alemania sigue siendo deficitario en 3.421,2 millones de euros, pero ese desfase se reduce un 56,2% interanual.

García-Legaz considera «muy positiva» esta evolución. España, explicó, registra en estos momentos una tasa de cobertura de las importaciones del 87%, que supone «el mejor dato de exportaciones y de balanza comercial desde el año 1972, el mejor de los últimos cuarenta años».

Para el Gobierno este resultado muestra el «espectacular comportamiento de la economía española en el sector exterior». «Nunca España había exportado tanto ni de forma tan positiva comparando exportaciones e importaciones», celebró García-Legaz.

El secretario de Estado señaló que las exportaciones han permitido «sobrevivir» a muchas empresas incapaces de vender en España por culpa de la recesión. Y puntualizó que eso se debe a una «ganancia de competitividad» que hace más atractivos los productos españoles fuera. Un atractivo que, según su interpretación, también habría influido en la caída de las importaciones, pues entiende que muchas mercancías que antes se importaban ahora se adquieren a fabricantes españoles.

«Estamos recuperando competitividad por la vía de sustitución del producto importado por el producto nacional», resaltó el secretario de Estado.