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Maribel Verdú y Antonio Molero, en El Puerto

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Maribel Verdú y Antonio Molero, dirigidos con mano maestra por José María Pou, representan esta noche en el Muñoz Seca de El Puerto 'El tipo de al lado', basado en un texto de Katarina Mazetti.
Sobre una escenografía luminosa, limpia y funcional, donde los dos actores y el texto son los protagonistas absolutos, la obra constituye un autentico tratado sobre las diferencias sociales y culturales entre los seres humanos.
Las entradas ya estan agotadas en El Puerto.

La siguiente actuación será mañana en el Teatro Villamarta. Esta comedia, que forma parte del Ciclo de Humor, está dirigida por Josep María Pou y es una adaptación del libro escrito por la sueca Katerina Mazetti, convertido en un best-seller mundial

«Hay muchas carcajadas del público y la gente viene a ver ‘El tipo de al lado’ con ganas de olvidarse de sus problemas», señala Maribel Verdú. En su opinión, el espectador «agradece mucho este rato de evasión».

Maribel Verdú interpreta a Laura, una intelectual urbana, mientras que Antonio Molero encarna a Pablo, un torpe granjero. Ella es una joven viuda introvertida, que trabaja de bibliotecaria y lee a Schopenhauer. Él representa el prototipo de hombre rústico y franco. Contra todo pronóstico, establecen una relación de pareja, a pesar de las evidentes diferencias que los separan.

Los dos personajes se conocen en un insólito lugar: un cementerio donde han ido a visitar las tumbas de sus seres queridos. Sus difuntos han sido enterrados uno al lado del otro. “Hay un banco donde están sentados, sin hacerse ni caso. Están ahí simplemente luchando contra la soledad que les ha dejado la persona que se ha ido”, explica Molero.

Sin embargo, en tan extrañas circunstancias, surge el inicio de una relación sentimental, a través de una mirada y una sonrisa. En definitiva, la chispa necesaria para dar paso a una relación más profunda.

Maribel Verdú abunda en la idea de que Laura “no tiene nada que ver con Pablo”. A esta viuda “le gusta ir a la ópera, al cine, tirarse horas en el sofá leyendo”. Por tanto, lo que le une al granjero es la soledad y que encuentra en él a una persona que “es como pura tierra, que la hace vibrar”. Estaba casada con un biólogo, una persona aburrida. En cambio, con Pablo, encuentra “mucha pasión, algo desconocido para ella”.

Pasión y diferencias

Sin embargo, ‘El tipo de al lado’ pone de relieve que la pasión, por sí sola, no sostiene la relación de pareja. “Hay que tener cosas en común”, asegura la actriz. Y esas diferencias crean una falta de entendimiento y provocan situaciones que conducen al fracaso.

Para Antonio Molero, ocurre con frecuencia que “nos puede llegar a atraer una persona distinta y cuando ya la tenemos, lo que queremos es que sea un reflejo de nuestra imagen, un clon de nosotros”.

En su opinión, las situaciones cómicas tienen su base en dos aspectos. Por un lado, el hecho de intentar relacionar dos personalidades extremas pero condenadas a entenderse. De otro, puesto que el montaje busca la relación con el público en esos monólogos en los que el personaje habla con el difunto o transmite en voz alta sus propios pensamientos. José María Pou ha creado cuatro planos de diálogo y ello otorga a la obra un dinamismo y un ritmo vertiginoso. “A veces hablamos tan rápido como los hermanos Marx”, advierte Antonio Molero.

La escenografía tiene un toque campestre. Sobre el escenario se instalará una plataforma inclinada de hierba artificial, un cielo limpio y azul y dos bancos, que se retiran automáticamente si la escena lo requiere. Sin embargo, la acción transcurre en 22 espacios diferentes, pero sin cambiar la escenografía. En ‘El tipo de al lado’ son los actores quienes convencen al público del cambio de lugar. En definitiva, un montaje que crea un espacio limpio y funcional, donde los actores y el texto son los verdaderos protagonistas.