Rubalcaba examina su oposición ante el comité federal del PSOE

Alfredo Pérez Rubalcaba comprobará hoy en la reunión del comité federal del PSOE el grado de aceptación que tiene su estrategia de oposición «útil» al Gobierno de Mariano Rajoy. Hasta ahora, no ha recibido grandes críticas y apenas algunos dirigentes han exigido una mayor contundencia en la fiscalización al Ejecutivo del PP.

Más o menos dureza con Rajoy. Esa es la disyuntiva en la que se mueven los socialistas, que ven con preocupación que su estrategia de oposición templada no logran capitalizar el desplome político que sufre el PP por su política de ajustes del gasto público y recortes de derechos sociales. Los populares han perdido, según diferentes encuestas, hasta ocho puntos en intención de voto, pero el PSOE apenas ha ganado uno. La popularidad de Rubalcaba, además, corre pareja a la de Rajoy, ambos en guarismos bajos.

La inquietud aún no es excesiva porque los socialistas tienen asumido que todavía están en periodo de penitencia por 'los pecados' cometidos en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Una herencia que además el PP recuerda un día tras otro como la gran causa de los problemas económicos de hoy. El cálculo que hacen en la dirección del partido es que ese baldón será menos pesado a partir de ahora porque los ciudadanos no van a aceptar, después de ocho meses largos de Gobierno de Rajoy, que todas las culpas son de la anterior administración. «Los recortes no los hemos hecho nosotros, los hemos recurrido ante el Constitucional y allí donde gobernamos procuramos no aplicarlos», comentaba hace unos días un miembro de la ejecutiva federal. La recuperación, agregaba esta misma fuente, tiene que llegar a fin de año.

Rubalcaba no espera grandes rapapolvos por su gestión de la oposición y solo los disconformes habituales presentarán ante el comité federal su pliego de quejas. Uno de ellos será el secretario general del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, cuya enemistad con el líder del partido es manifiesta y planteará, al igual que han hecho UGT y CC OO, la celebración de un referéndum si el Gobierno solicita un rescate de la economía a Bruselas. Rubalcaba no parece estar por la labor de llevar la escalada opositora a ese nivel y es partidario de exigir a Rajoy que en la tesitura del rescate no admita más condicionantes económicos que los que ya ha impuesto a los ciudadanos.

La relación con el PSC

Otro punto delicado será los lazos con el Partit dels Socialistes de Catalunya, formación que prepara un nuevo protocolo de relaciones con el PSOE que reformulará, después de 30 años, los vínculos entre ambas organizaciones y aumentará su autonomía respecto al partido 'hermano'. Tras la llegada en diciembre pasado de Pere Navarro al timón del PSC la dirección del partido ha adoptado un perfil más catalanista que hace presagiar unas relaciones más difíciles con el PSOE. La reunión del comité federal será la primera piedra de toque.

Lo que no va a levantar ningún tipo de controversia es la ratificación de Patxi López y Pachi Vázquez como candidatos para las elecciones vascas y gallegas del 21 de octubre, en las que el PSOE espera resultados dispares. Confía en recuperar la Xunta de Galicia en alianza con los nacionalistas del BNG y da por perdida la 'Lehendakaritza' en el País Vasco, donde espera ser la tercera fuerza tras el PNV y EH Bildu.

Se da la circunstancia además de que el máximo órgano de dirección de los socialistas se reunirá por primera vez desde el 38 congreso federal celebrado en Sevilla hace siete meses, y en el que Rubalcaba se hizo con el liderazgo del partido tras derrotar a la exministra Carme Chacón por apenas 22 votos. El comité federal se debería haber convocado después de aquel congreso, pero se aplazó para que se celebraran los cónclaves de cada federación que eligieron a sus nuevas direcciones.