ESPAÑA

Denuncian que el Constitucional paga una contrata para servir cafés a sus magistrados

MADRID. Actualizado: Guardar
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«En vez de maquinitas de monedas donde cada uno se sirve el café con su peculio, parece que el Tribunal Constitucional está dilapidando fondos públicos, por ejemplo, con una contrata para servir café, galletas y zumos al personal de la casa o a un selecto grupo del mismo. ¿A cómo sale el presupuesto el café de cada magistrado?». El registro del alto tribunal recibió ayer una reclamación administrativa de un partido político, Soberanía de la Razón, en la que solicita los expedientes íntegros, incluyendo los justificantes de los gastos, de los viajes de sus magistrados al extranjero entre 2005 y 2012 y el coste del servicio de cafés que tienen firmada la institución.

Los solicitantes quieren conocer esta información en el plazo de 20 días por si hubiera posibles irregularidades contables que derivasen en una posterior denuncia ante el Tribunal Supremo. Y para ello invocan la necesidad de transparencia del alto tribunal y el derecho a pedir cuentas a todo agente público.

«Viaje caribeño»

Para ello, este partido político pone como ejemplo que en la memoria del año 2009 aparece un «viaje caribeño» de la institución a la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, destino turístico de primer orden mundial.

El viaje se realizó en el marco de la Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional, dentro del seminario Justicia y Ciudadanía sobre los 'principios de comunicación para un sistema de Justicia basado en la cohesión social'. El citado desplazamiento fue organizado por la expresidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, y según los reclamantes tiene toda la apariencia de constituir un disimulado «asalto» al supermercado de las cuentas del órgano judicial. Se preguntan cuántas personas acudieron al seminario a la vista de que «carecía de todo interés jurídico constitucional», según su opinión.

Asimismo, mencionan la contrata privada que paga la institución para realizar determinados servicios elementales como servir el café. Un «despilfarro e hiriente conducta» que puede sobrepasar los límites de la prudencia e incurrir en desvío de fondos públicos para placeres personales. Por lo tanto, los reclamantes piden el texto de la contrata en los últimos cinco años y todo el expediente de la misma.