Jerez

La Semana Santa, a pleno debate

Diez días es el tiempo que resta para que los hermanos mayores decidan quién será el próximo presidente

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Cuando Muñoz Natera anunció que se presentaba de nuevo a las elecciones a presidente del Consejo, se dio el pistoletazo de salida a un período electoral novedoso en el mundo de las hermandades y cofradías, ya que meses antes a ese anuncio Pedro Pérez Rodríguez, antiguo hermano mayor de las Tres Caídas y miembro del Consejo de Francisco Garrido Arcas ya había anunciado su intención de optar al puesto de máxima representación de las hermandades, con permiso de la delegación diocesana encabezada por Joaquín Perea Montilla. Han sido meses por tanto de presentación de ideas, de debates intensos sobre procesos electorales, de un interés inusitado por conocer los resortes y mecanismos propios de la normativa diocesana. Meses de campaña electoral, debidamente disimulada.

Debidamente disimulada porque ninguno de los candidatos quiso enfocarla así, aunque al final lo inevitable se impusiera a los deseos de cada uno. Los dos querían presentar un proyecto que les avalara ante los hermanos mayores, incluso ambos habían anunciado que no se prodigarían en exceso en los medios de comunicación de la ciudad, pero la insistencia de los cofrades por conocer sus alternativas, así como la necesidad de utilizar todos los altavoces posibles para hacer llegar su mensaje hicieron posible que los programas de Natera y Pérez sean hoy conocidos por todos los cofrades de la ciudad, aunque por ahora y según la normativa diocesana, no tengan derecho a voto salvo los hermanos mayores.

Ha primado hasta ahora, y ambos han confirmado que así será hasta el próximo 19 de octubre, el respeto entre las dos candidaturas. Y tiene su mérito, ya que hablamos de dos programas, de dos maneras totalmente diferentes de gestionar el futuro de las corporaciones jerezanas. Manuel Muñoz Natera prometió a los hermanos mayores una gestión menos presidencialista para la próxima legislatura, con un especial interés en potenciar la caridad en nombre de todas y cada una de las hermandades de la ciudad y un gran evento magno para las bodas de diamante de la Unión de Hermandades, prevista para 2013. Pérez apostará por un equipo joven aunque perfectamente preparado para cumplir con las exigencias que el nuevo ciclo que ahora se abre plantea.

Los programas

Muñoz Natera y Pedro Pérez difieren, esencialmente, en el concepto que tienen de la Unión de Hermandades. Y de ese concepto dimanan las diferencias que hacen de los distintos programas dos alternativas claras para los hermanos mayores. No se trata de elegir un nombre, sino de elegir si los hermanos mayores están satisfechos con la actual manera de gestionar la imagen y el dinero de las cofradías, o prefieren un modelo sustancialmente distinto para los próximos cinco años. Pedro Pérez ha afirmado tanto en su programa, como en cada entrevista que ha concedido, que no concibe la Unión de Hermandades como una hermandad más, que deba tener sus apartados de formación, caridad y culto ajenos a las de las propias cofradías, sino que si el gobernara el Consejo sería un órgano vertebrador del resto de hermandades. Este nuevo concepto implica que no existirían partidas o dotaciones económicas que actualmente son gasto corriente de la Unión de Hermandades, siendo el más llamativo de todos el de caridad, que se eleva a más de cuarenta mil euros anuales en los cinco años de Muñoz Natera al frente de las cofradías.

Si bien es cierto que, según el programa entregado por Manuel Muñoz Natera, en ese apartado se han metido dotaciones como la restauración de la custodia de la Catedral o el viaje a la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, con una suma total de casi 15.000 euros entre las dos, nadie podrá discutir que el grueso de esos doscientos mil euros en cinco años han ido a paliar la actual situación de crisis económica que actualmente asola Jerez. No significa esto que Muñoz Natera se preocupará de la caridad y Pedro Pérez no, ya que el segundo ha anunciado que repartirá los dividendos entre las corporaciones y buscará el dinero como una gestión externa del Consejo. Lo que ocurre es que, como en otros asuntos, son dos maneras de afrontar la gestión que el cargo de presidente de la Unión de Hermandades requiere. Así ocurre también con la Carrera Oficial, que ambos someterán a cambios una vez que los hermanos mayores den su visto bueno. Mientras que Natera propondrá a los hermanos mayores una vuelta a la Carrera Oficial antigua por Consistorio y Asunción, comenzando donde lo hace actualmente, el candidato Pérez quiere realizar un consenso entre todas las corporaciones para que la Carrera Oficial resultante sea la definitiva para la Semana Mayor jerezana. Y debe cumplir, en todo caso, con dos condiciones que no asegura Muñoz Natera: que respete en número de palcos actuales, y que no suponga un aumento del precio de los palcos.

Muchas más son las diferencias, como la manera de gestionar el cartel de la Semana Santa, ya que Natera lo haría como hasta ahora mientras que Pedro Pérez constituiría un jurado. Y por esas diferencias, es tan importante lo que opinen los hermanos mayores en el próximo pleno de elecciones.