Sagan continúa su carrera imparable hacia el éxito

Peter Sagan mantiene un discurso en sus comparecencias ante la prensa que apenas sufre variaciones. Siempre agradece el trabajo de su equipo, al que se le vio muy poco en la cabeza de un pelotón en el que sí trabajaron otras formaciones como Leopard, HTC, Sky o Lampre. Pudo ir algo protegido en los kilómetros finales, pero Liquigas juega a ganar la Vuelta a España. Se han encontrado con un chaval de 21 años que tiene dos aspas como piernas y cuando las pone en movimiento no hay quien le pare, sobre todo si la llegada está en ligera subida.

El vencedor en Córdoba, cuando se escaparon cuatro corredores de Liquigas bajando el puerto del 14%, era el más rápido de aquella escapada en la que también estaba Pablo Lastras. En Pontevedra teníamos un final mucho más abierto, con todo el pelotón, que anuló una escapada, por lo que se buscaba el llegar en grupo.

Liquigas, que se ha movido solo en momentos puntuales, ha sacado un rendimiento espectacular a su trabajo: llevan dos etapas ganadas y tienen a Vincenzo Nibali en una posición de privilegio, pero no se puede decir que se hayan volcado con Sagan. La penúltima llegada al sprint ha dejado a la vieja generación de hombres rápidos bloqueada. Desde Alessandro Petacchi pasando por Daniele Bennati, sin olvidarnos de Tom Boonen. Es cierto que faltan Cavendish, Farrar o Freire, pero también lo es que la irrupción de Sagan puede con todo.

Su primera participación en una carrera de tres semanas está siendo todo un éxito. Cuando ganó en Córdoba resultó una sorpresa, más que nada por la forma en la que llegaron los hombres de Liquigas y sobre todo por su físico, macizo, con unas piernas muy fuertes y la impresión de que todavía es un ciclista por formarse, uno de esos corredores que si no se malogran puede hacer historia en el ciclismo mundial. A los 21 años no impone su experiencia, sino su calidad.