La reelegida regidora, en su despacho de Alcaldía el pasado jueves. :: FRANCIS JIMÉNEZ
CÁDIZ

«Tras los resultados del 22M el PP es más fuerte y por eso no me perdonaría fallar a los gaditanos»

Teófila Martínez Sáiz, alcaldesa de Cádiz: «En este gobierno local todos estamos preocupadísimos por la situación general, es cierto, pero vamos a dejarnos la piel»

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Cuando se marcha por la versallesca puerta camuflada en la pared, frente a su mesa en el despacho de Alcaldía que parece de película de mosqueteros, lanza un último mensaje que lo resume todo: «A ver si podemos darle un poco de ánimo a la gente». Teófila Martínez Sáiz (Cantabria, 1948) se muestra algo abrumada. Sorprende en alguien que afronta su décimoséptimo año en el cargo de alcaldesa de Cádiz, que ha encadenado cinco mayorías absolutas -la última, el domingo- y que debiera manejarse ya con absoluta comodidad. Se dejó un concejal por el camino, pero sus números aún son incontestables.

Además, no dejan de salirle aliados más allá de Cortadura. Todo es azul. Pero en el triunfo va el agobio. Sabe que la gente tiene prisa, más que nunca. Se ve en las plazas. Sabe que a los suyos les han prestado muchos votos en la provincia. «Como le dije a Aznar en 1995, que nadie se crea que todos se han hecho del PP de repente, es que quieren ver cómo lo hacemos».

Sabe que su partido tendrá ahora menos excusas. Gobernará Diputación y Mancomunidad de la Bahía por primera vez, todo indica que recuperará La Moncloa y, quizás, debute en la Junta. En ese escenario, no quedarán actores secundarios a los que abroncar si la función fracasa.

El PP tiene los mejores resultados de su historia en la provincia y eso supone mayor margen de maniobra. También mayor riesgo. «El domingo por la noche hubo alegría, lo celebramos, claro, pero ya de vuelta a casa, en el coche, no pude evitar pensar... La que se nos viene encima». Con todo, confía a ciegas en el proyecto de sus siglas y en un equipo municipal que alaba hasta la beatificación.

-Siempre le preguntan lo mismo y siempre responde igual pero es obligación. ¿Esta campaña ha sido la última que ha vivido como candidata? ¿Planea su salto a un cargo en el Gobierno si su partido recupera La Moncloa en unos meses?

-Déjeme disfrutar del triunfo del domingo. Acabamos de ganar. Dentro de cuatro años ya veremos. Efectivamente, y ya sé que lo digo siempre, en salud, política y amistad no pueden hacerse planes. Soy muy realista y son decisiones que no solo dependen de mí, son de partido. Hay mucho que hacer. El año que viene, dentro de cuatro... Dios dirá.

-¿Qué balance hace de la campaña electoral y del resultado de la convocatoria, con la pérdida de un concejal por parte de su partido?

-Estoy muy feliz, más que nunca, porque hemos recibido un gran respaldo para nuestro proyecto de ciudad. Son ya muchos años con un apoyo que ronda el 60% de los votos. Desde 1995 hasta el pasado domingo siempre hemos estado más o menos en esas cifras. Eso significa que la gente apoya un modelo. Además, gente de todas las clases sociales, de todos los barrios, incluso de distintas ideologías. Y lo hacen en un momento lleno de dificultades, en una ciudad compleja, a la que nadie le ha regalado nada en 30 años, porque no pudo jugar ni especular con el suelo, como hicieron otros municipios. Aquí no lo teníamos. El resultado es la recompensa a mucho esfuerzo, a mucho sacrificio y la demostración de que la gente tiene una visión real de mi trabajo como alcaldesa, del soterramiento, la lucha contra la infravivienda, la transformación de barrios... Contra la permanente campaña que quiere presentarlo como fruto de la propaganda. Los resultados han demostrado que no, que eso es una falacia.

-¿Recuerda un PSOE más debilitado en la provincia durante sus más 30 años de actividad política?

-No. Aunque tampoco ha sido una campaña de enfrentamiento con PSOE e IU. En el PP hemos hecho una campaña de propuestas, con mucho contacto, de mirar a la gente cara a cara. Y ha sido una campaña muy especial. Nunca hubo un tema monográfico tan omnipresente, tan obsesivo como ahora con el paro. Nadie te hablaba de otra cosa, joven, mayor, parado o con trabajo. Todos hablaban de lo mismo. Era como si tuviéramos un único adversario: el paro. A nivel local, el PP pasa un doble examen: por lo que propone y por lo que ha hecho. Los demás partidos solo tienen la mitad del examen: lo que proponen. Las mayoría de propuestas del PSOE, además, estaban basadas en el trabajo del PP en estos cuatro años y modificadas para mal.

-¿Y qué puede hacer un ayuntamiento de este tamaño para propiciar la creación de empleo real? Ha insistido mucho en la renovación del polígono exterior de la Zona Franca como gran esperanza...

-Pero no va a ser fácil. Si fuera fácil, ya hubieran puesto en marcha Las Aletas hace ocho años cuando ni había crisis. Un ayuntamiento se limita a preparar el terreno, a crear las condiciones para que las empresas se instalen. En nuestro caso es más difícil aún porque en la Zona Franca hay que derribar, primero, y volver a construir. No es preparar un terrenito raso y ponerlo a punto. Es verdad que los ayuntamientos no deciden en la política financiera, no deciden la política laboral, ni la inversión, ni la política de vivienda, ni siquiera subir el agua pero tenemos que contribuir a crear esas condiciones. Con mucho trabajo, con mucho esfuerzo. Todos los concejales del PP sabemos que van a ser tiempos muy duros, en los que tenemos que hacer mucho con pocos recursos. Todos sabemos el compromiso que adquirimos.

-Usted ha dicho reiteradamente que el Gobierno tiene a este país en la ruina ¿No teme que esa situación paralice cualquier proyecto, que mantenga frenadas todas las iniciativas, ya ralentizadas, de plaza de Sevilla a Ciudad del Mar, de infravivienda a Ciudad de la Justicia?

-Durante toda la campaña he tenido muy presentes unas palabras que le escuché a Lula Da Silva durante su visita a Cádiz. Decía que se trata de que los que peor están puedan resistir hasta que llegue la recuperación económica. De asistirles, de atenderles. Y que no se pare la ciudad. No vamos a permitir que se pare. No se va a parar. Vamos a lograr que la industria turística, los comerciantes, los proyectos... Todo siga adelante hasta que se produzca esa revolución económica. Después del domingo tengo dos obsesiones. La primera es trabajar por la ciudad sin exclusiones. La segunda es el cambio de Gobierno que permita nuevas políticas, que dé legitimidad a un nuevo proyecto. Hasta ahora, el Gobierno se ha conformado con unas reformas que den un poco de mejor imagen en Europa. Solo para que no nos rescaten. Pero ha quedado claro que con sus políticas esto no funciona. Tenemos que invertir el giro de la rueda. Sin detenerla, tenemos que conseguir que empiece a girar hacia el crecimiento. Siento alegría por la victoria electoral pero enseguida pienso en todo lo que tenemos que hacer. Después de los resultados del domingo, el PP es más fuerte y por eso no me perdonaría fallar ahora a los gaditanos. Los compromisos son grandes. Estamos preocupadísimos por la situación, es cierto, pero vamos a dejarnos la piel, a dar ejemplo, a demostrar que tenemos prioridades. A partir de ahí, lo demás se consigue con sacrificio.

-¿Mantiene su propósito de aplicar en el Ayuntamiento la Ley de Grandes Ciudades en este mandato?

-Vamos a trabajar en aplicarla pero dentro de nuestras posibilidades económicas. Aplicaremos la parte que puede favorecer a una ciudad mediana como la de diversificar los servicios y distribuirlos en cuatro distritos, que los equipamientos sociales, culturales o deportivos estén distribuidos en esas áreas.

-¿Tiene usted un mensaje de ánimo para las pequeñas empresas de proveedores que tan mal lo pasan a la espera de los pagos pendientes de la administración pública?

-Nosotros hemos pagado hace poco 49 millones de euros a pequeños proveedores. Es un esfuerzo que hacemos porque somos de los pocos ayuntamientos que no tiene deudas con Seguridad Social ni con Hacienda. A veces esas empresas nos piden que les paguemos antes porque nos dicen que no tienen esperanzas en que lo hagan otros ayuntamientos. Atendemos primero a los más pequeños pero las soluciones deben llegar a través del PP nacional, de políticas estatales, cuando consigamos una nueva Ley de Morosidad o un Gobierno capaz de aplicar la línea de financiación del ICO para los proveedores. Si hay cambio en el Gobierno, el Partido Popular la pondrá en marcha, que nadie tenga la menor duda.