Christine Lagarde, ministra francesa de Economía, visita ayer un mercado de París. :: BENOIT TESSIER / REUTERS
Economia

Europa se conjura para amarrar el sillón de la dirección del FMI

La UE acordará un candidato «fuerte y competente» para cerrar el paso a los países emergentes, que ya reclaman el puesto

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La UE se conjuró para que el undécimo director gerente del FMI sea también europeo. Apenas unas horas después de que Dominique Strauss-Kahn presentara su dimisión, los socios comunitarios salieron en bloque para anunciar que acordarán un candidato «fuerte y competente» con el que pelear hasta el final por conservar el sillón del Fondo. La pugna se presenta complicada porque los países emergentes, con China y Brasil a la cabeza, no quieren dejar pasar la ocasión para mejorar su escasa representación en los organismos mundiales. De momento, el número dos de la organización, el norteamericano John Lipsky, ya ha tomado las riendas de la institución.

La noticia de que Strauss-Kahn había abandonado la dirección del FMI resonó como un toque de corneta en Europa. La UE fue la primera en dar un paso al frente y anunció que en los próximos días se «intensificarán» los contactos para pactar un candidato conjunto. Bruselas subrayó que presentarán un aspirante «fuerte y competente» que garantice la continuidad de un europeo en la cúspide de la institución. Desde los acuerdos de Bretton Woods en 1944, EE UU y el Viejo Continente se reparten la dirección del Fondo y el Banco Mundial en virtud de un pacto no escrito.

Alemania y Francia reforzaron la unidad europea al subrayar que la elección del aspirante a la sucesión de Strauss-Kahn se llevará a cabo en el seno de la UE. Angela Merkel llamó a encontrar una «rápida solución» que desbarate posibles alianzas en otras regiones. Incluso el Gobierno británico, que intenta frenar una incipiente candidatura del expremier laborista Gordon Brown, sugirió que pondrá al servicio de Bruselas su poderosa maquinaria diplomática para que un representante de la zona euro tome el testigo al frente del Fondo.

Planes de rescate

El sillón del FMI tiene una importancia capital para la UE en estos momentos. El organismo monetario, que cuenta con su sede en Washington, es una pieza clave en los tres planes de rescate -Grecia, Irlanda y Portugal- aprobados en la Eurozona en el último año. De los 268.000 millones de euros destinados a estos tres países, el Fondo aporta un tercio del dinero y participa directamente en las negociaciones de las medidas de ajuste asociadas a los salvavidas. La dimensión política tampoco hay que olvidarla porque Europa pugna por mantener su cuota de poder en un mundo cada vez más condicionado por la pujanza de los emergentes.

China dio las primeras muestras de que batallará por el cargo. El gigante asiático subrayó que tanto los países emergentes como los que se encuentran en vías de desarrollo «deberían tener representación en los niveles superiores» de los organismos internacionales. Brasil, Rusia, Sudáfrica, Turquía e incluso Japón, que forma parte del orden económico concebido tras la Segunda Guerra Mundial, insistieron en que los «méritos» del candidato deben estar por delante de su origen geográfico. Pese a compartir la misma tesis, los analistas estiman que será difícil que se pongan de acuerdo para lanzar un aspirante.

EE UU, que con el 17% de los votos lidera el principal órgano de decisión del Fondo, sugirió que podría alinearse con los emergentes. «Queremos ver un proceso abierto que dé lugar a una rápida sucesión», remarcó el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, en lo que se consideró un guiño a las nuevas economías por su énfasis en la transparencia de la elección. La UE, pese al evidente peso específico de Washington, cuenta con un porcentaje de sufragios del 32% si se suman los 27 países. Bruselas pretende hacer valer este factor y el hecho de que los socios comunitarios son los mayores contribuyentes para seguir al frente del organismo.

La UE, antes de echar cuentas, se ha concentrado ya en encontrar un candidato de garantías. La favorita, pese a ser francesa, es la ministra de Finanzas Christine Lagarde. Su candidatura podría servir para amarrar el apoyo de EE UU, donde tiene un gran prestigio. Tampoco se descarta al socialdemócrata alemán Peer Steinbrück y al ex ministro turco de Economía, Kemal Dervis.