Sociedad

CANTATAS DEL BARROCO 'ALEMÁN'

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Dentro del ciclo Música en Cuaresma, que organiza el Ayuntamiento de Cádiz, el Conjunto Vocal e Instrumental Virelay desarrolló un programa de Música del barroco alemán, que comenzó con la Cantata 'Jesu meines Lebens', de Buxtehude (1637-1707), antecesor de Bach y que si bien estuvo olvidado durante mucho tiempo, oscurecido por la gigantesca obra de este último, afortunadamente, desde hace unos años, está siendo rescatada su producción musical, tanto en las salas de conciertos como en el mercado discográfico, permitiéndonos conocer la valía de este compositor.

A esta breve Cantata siguió otra también de un músico anterior a Bach, en este caso la titulada 'Die gerechten werden weggeraff', de Krieger (1649-1725), autor menos divulgado pero también de gran interés.

Dos breves piezas sirvieron de intermedio, un aria del Cuaderno de Ana Magdalena Bach, muy bien cantada por Sandra Massa, acompañada al órgano, en este caso el de la Catedral, por Cristina Bayón, que seguidamente y con el mismo instrumento tocó la Toccata en Mi menor, BWV 914.

La Cantata 'Weinen, Klagen, Sorgen, Zagen', BWV 12, de J.S.Bach (1685-1750), que traducido significa 'Lágrimas, lamentos, tormentos, dudas', que era la que daba título al concierto y pieza fundamental del mismo, fue la segunda que compuso después de su nombramiento en la corte de Weimar y estuvo destinada al domingo 22 de abril de 1714 y en ella se expresan los sentimientos de tristeza mediante cromatismos y diseños descendentes, mientras que la alegría por el encuentro con Cristo se manifiestan a través del diatonismo y dibujos ascendentes. Se estructura en una Sinfonía inicial, a la que siguen tres arias, para contratenor, bajo y tenor y un coral de cierre.

El Conjunto Virelay, que mantiene una trayectoria ascendente, logró unas buenas versiones, pese al inconveniente que para este tipo de música presenta el alto nivel de reverberación que tiene la Catedral de Cádiz, en la que se está oyendo una nota y a la vez el retorno de la anterior o anteriores, efecto que no siempre permite apreciar la claridad de las texturas musicales.

Destacaríamos la participación del oboe, sobre todo en el acompañamiento del aria a cargo del contratenor, al que se notó corto de aliento en algún momento, resultando discretas las intervenciones en sus respectivas arias del bajo y del tenor.

Lamentablemente, quedaron muchos bancos vacíos, por coincidir este concierto con otro evento musical, en este caso la ópera Tosca en el Gran Teatro Falla, que pone de manifiesto la falta de previsión de los organizadores al programar sin tener en cuenta lo que hacen otros.