La última reforma penal deriva en condenas «muy bajas» para los narcos

El nuevo Código Penal tiene tres meses de vida, pero en ese corto espacio de tiempo ha dejado muy insatisfechos a los colectivos que luchan contra la droga. La rebaja penal que se incluye en el texto para el delito contra la salud pública (narcotráfico), en su modalidad de sustancias que dañan seriamente la salud (cocaína) se ha traducido en beneficios para camellos que negocian con este tipo de estupefacientes. El descontento de estas asociaciones era previsible, pero ayer por primera vez se escuchó la opinión de la fiscal jefe, Ángeles Ayuso, sobre esta materia. Su análisis tampoco es del todo positivo.

La responsable provincial participó en un encuentro de asociaciones andaluzas contra las drogas y otro tipo de adicciones que se ha venido celebrando este fin de semana en Chiclana. Ante un auditorio compuesto, en un buen número, por madres de toxicómanos que han acabado en la cárcel por culpa de «su enfermedad», Ayuso no escondió que el nuevo marco legal «está dando problemas» porque se están imponiendo en algunas causas penas «muy bajas».

La fiscal jefe citó de ejemplo una reciente sentencia dictada por la Audiencia Provincial, cuyo ponente ha sido el actual presidente de ese órgano judicial, en la que se consideraba «de nula peligrosidad» la droga intervenida a un camello que fue detenido en un concierto. En el momento del arresto, además de llevar consigo 400 euros que habría obtenido de las ventas, le fue requisado un lote variado de pastillas de MDMA, dosis mezcladas de cocaína y heroína y unos comprimidos con un pequeño porcentaje de 'polvo blanco'. «No se trataba de ningún consumidor dependiente que buscara financiar sus dosis». La sentencia ya ha sido recurrida pero Ayuso reconoce que al legislador le faltó afinar más en los aspectos que se contemplan ahora para atenuar las condenas. La filosofía del nuevo Código Penal es ajustar las penas a la relevancia del hecho y a las circunstancias personales, pero no entra en indicar en qué supuestos deben aplicarse las penas más bajas. «Está habiendo un café para todos del que no estoy satisfecha». Aunque a renglón seguido quiso subrayar que «no estar de acuerdo con las Cortes no significa una crítica dura».

A la gaditana

También subrayó aquellos aspectos que la Fiscalía considera avances significativos en la lucha contra el narcotráfico, definido por Ayuso «como un gran negocio en la provincia». Se refería a la llamada «reforma gaditana»; una petición impulsada por la fiscal delegada antidroga, Ana Villagómez, que ha servido para ampliar el concepto de buque como circunstancia agravante. Hasta ahora, los jueces apenas la aplicaban porque solo consideraban como tal a los grandes barcos y no las lanchas cabinadas o semicabinadas que usan los narcos.

Otra de las consecuencias inmediatas que ha tenido esta última reforma ha sido la excarcelación, en su inmensa mayoría, de narcotraficantes que en aplicación de la nueva norma vieron reducidas sus penas, quedando a las puertas de la libertad. Entre el 23 y el 24 de diciembre, coincidiendo con la entrada en vigor del Código Penal, salieron de las cárceles gaditanas once narcos. A partir de entonces ha habido más excarcelaciones. La fiscal jefe aportó un dato que sirve de orientación. De las más de 400 ejecutorias que han revisado por si cabía o no rebajar las penas, el Ministerio Público ha dado el visto bueno en 81 de ellas, que en la práctica supone adelantar la fecha de salida de prisión.

Más críticos con esta reforma penal se mostraron portavoces de los colectivos antidroga. El abogado que representa a la asociación Nexos de Cádiz en los procesos donde ejercen acusación, recordó que el pasado mes de enero fueron puestos en libertad «dos narcos importantes» de la provincia que habían sido condenados a nueve y once años por traficar con cocaína. «Son solo dos ejemplos de los beneficios que ha traído esta nueva norma para los traficantes».

Hizo una exposición sobre la legislación de otros países en esta materia. El letrado Ricardo Torres insistió en el hecho de que en Europa se castiga con más dureza el tráfico de drogas y no se hace diferenciación entre sustancias blandas y duras. Esa división fue muy criticada por los asistentes, algunos de los cuales alertaron de los efectos nocivos del hachís como la atrofia cerebral o los brotes de esquizofrenia.